Robert Kiyosaki: El autor del best seller “Padre rico, padre pobre” es hijo de un director de escuela que lo formó en la austeridad y el esfuerzo, pero tuvo también un papá “postizo” mucho menos educado que, sin embargo, supo enseñarle cómo ganar dinero ...

 Robert Kiyosaki

Dinero: < / h2> la idea de hacerse rico, haciendo que tu dinero trabaje para ti, de forma que los ingresos que tus inversiones produzcan sean más altos que tus gastos, de este modo no es necesario trabajar para vivir, y por lo tanto habrás alcanzado la independencia financiera

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Dale Carnegie < / h2> El Curso de Carnegie disfruta de buena reputación en el ámbito de los negocios y es considerado como una herramienta de transición para las personas tímidas o desacostumbradas a trabajar en equipo, por lo que muchos empresarios envían a sus empleados al curso

Dale Carnagie

10 Claves para convertir tus sueños en realidad!


Alimenta y mantén vivos tus sueños!


Todo el mundo tiene sueños y aspiraciones. ¡Qué fácil es dejar volar la imaginación y visualizar el estilo de vida de nuestros sueños! Lo triste es que una gran mayoría confía el logro de esos sueños a tener suerte jugando a la lotería. Y obviamente, lo más probable es que terminen encontrándose con la desilusión de no alcanzar jamás esos sueños.
Si tienes sueños, bien sean estos grandes o pequeños, me gustaría darte a continuación algunas claves que te pueden ayudar a alimentarlos y a mantenerlos vivos. Y lo que es más importante, maximizarán tus posibilidades de convertirlos en realidad.




1.-Define de manera muy específica tus sueños.


La mayoría de las personas suele definir sus sueños de una manera muy general y difusa, y eso les impide un enfoque claro en su plan de acción. Imagina que te subieses en un taxi y le dijeses al taxista: -“Lléveme al norte”. Con esas instrucciones no podría llevarte a ningún destino concreto. Lo mismo le sucede a tu mente cuando defines de un modo tan difuso tu sueño. Tienes que ser específico al máximo. Expresa con claridad por escrito que es exactamente lo que quieres.




2.-Desmenuza tu sueño en fragmentos que sean manejables.


Muchos son los que dejan morir sus sueños porque se sienten abrumados por la gran magnitud de la tarea. Para evitar que esto ocurra, hay que dividir el sueño en “etapas” y “fragmentos” manejables que te impidan sentirte abrumado. De este modo siempre tendrás la sensación de que tu puedes lograrlo.




3.-Tómate un tiempo diario para alimentar y tener presentes tus sueños.


Dicen que la distancia es el olvido. Nada es más cierto con tus sueños. Si no los tienes presentes de manera continua en tu mente, pronto tomarán su lugar otra clase de pensamientos o proyectos que quizás sean más gratos de realizar pero que no te llevarán al destino que pretendes para tu vida. No permitas que esto suceda. Empieza a vivir en tu imaginación tus sueños como si ya fuesen reales en tu vida. Nada motiva más que una visualización poderosa de tus sueños. A eso se le llama “crear un futuro apasionante”, y es uno de los principales motores de todos los grandes realizadores. Piérdete si es necesario una comida, pero no dejes ni un solo día de dedicar unos minutos a visualizar intensamente tus sueños.




4.-Crea un plan de acción que te marque la “hoja de ruta” hacia tus sueños.


Un mapa adecuado maximiza las posibilidades de llegar al destino deseado. Marca las etapas clave de tus sueños y establece una fecha en la que llegarás allí. A continuación, comprométete firmemente con esas fechas, y utilízalas como motivación para vencer a uno de los más poderosos ladrones de sueños: la postergación. Cuando hay una fecha ligada a un objetivo, y existe un compromiso firme por tu parte de llegar allí cueste lo que cueste, ¡nada te detendrá!




5.-Se flexible con tu plan de acción.


La vida no es una ciencia exacta. Las situaciones cambian, y a lo largo del desarrollo de nuestros sueños hemos de mantener una actitud mental flexible para ir adaptando nuestro plan de acción, incorporando en ocasiones nuevos caminos que puedan hacernos llegar de una manera más efectiva a nuestros objetivos. Muchas personas trazan planes rígidos, y sienten que si se desvían del plan no van a lograr sus sueños. No cometas ese grave error. Hay un dicho que dice: “Los sueños están fijados en hormigón, pero el plan de acción está fijado en arena”. O dicho de otro modo, tu sueño siempre está ahí, pero el plan de acción puede cambiarse cuando sea necesario para ser más efectivo en el logro de ese sueño.




6.-Prepárate a trabajar duro para conseguir tus sueños.


Los grandes sueños no se consiguen con las manos en los bolsillos. Si alguien te dice que lograr un gran sueño va a ser muy fácil, sal corriendo lo antes que puedas. Los grandes sueños siempre requieren grandes dosis de trabajo duro. Levantarse pronto y acostarse tarde. Pero lo maravilloso es que cuando trabajas persiguiendo tus sueños, ese trabajo duro se convierte en un auténtico disfrute si se enfoca de la manera adecuada. Es decir, cuando lo ves como el medio para acercarte a tus sueños a la vez que te desarrollas y creces como persona.




7.-No permitas que las personas negativas pisoteen tus sueños.


Todos conocemos a algunas personas que son auténticos especialistas en destruir los sueños de los demás. Son tan mediocres que no pueden soportar la idea de que otros luchen por sus sueños y los alcancen. Así que su gran misión es intentar que los soñadores no den ni siquiera los primeros pasos en pos de sus sueños. Huye de este tipo de personas como de la peste. ¿Permitirías a alguien entrar en tu casa para arrojar un montón de basura en el centro de tu salón?… Pues tampoco permitas que nadie llene de basura tu mente y tus sueños.




8.-Cultiva una actitud mental positiva.


Si te lo propones, puedes ir creando una actitud mental “a prueba de bombas”. Empieza detectando aquellos pensamientos negativos que te asalten a lo largo del día y destrúyelos sustituyéndolos por pensamientos positivos. La mente humana solo puede operar en una dirección a la vez. Si esta pensando en positivo, no puede pensar simultáneamente en negativo. Aprovecha esto a tu favor. Utiliza esta “ley de la sustitución” y podrás transformar dramáticamente tu actitud mental.




9.-No existen fracasos, solo existen resultados.


Cuando algo no sale como estaba previsto, no pienses jamás en término de fracaso. Piensa en ello como un resultado que no es el deseado, pero que puede aportarte una valiosísima lección. Si una cosa tienen en común todos los grandes triunfadores es que jamás se sintieron “fracasados” cuando las cosas no salieron como ellos tenían previsto. Simplemente lo intentaron de nuevo asimilando esas nuevas “distinciones” que habían aprendido en el proceso.
¡Y recuerda siempre que los “fracasos” son los peldaños que conducen al éxito!




10.-Los ganadores nunca abandonan, y los que abandonan nunca ganan.


Decirlo más claro que con esta simple frase es imposible. Los ganadores no tiran la toalla cuando aparecen las primeras dificultades del camino. Los ganadores no permiten que los obstáculos les roben sus sueños. Saben que es inevitable sentir momentos de frustración y debilidad en el proceso de construir sus sueños. Pero por encima de todo tienen una fe inquebrantable en que sus sueños merecen la pena. Los sueños son los que dan sentido a nuestras vidas.

Si tienes un sueño, por pequeño que sea, en algún lugar de tu corazón, no permitas que nada ni nadie lo destruyan. Porque si eso ocurre, el mundo quizás se pierda algo que solo tu eres capaz de crear. TUS SUEÑOS SON UNICOS Y ESPECIALES. ¡Haz que brillen en todo su esplendor!

Once Claves Que Llevaron A Michael Jackson Al Exito


Falleció una gran leyenda de la musica y En Negocios Y emprendimiento no podiamos pasar por alto este hecho y aunque en muchos lugares de la red se puede encontrar contenido acerca de la vida de esta estrella, en el blog quize analizar su momento en la cumbre del exito y tratar de encontrar esos factores que lo llevaron hasta el punto de ser llamado "rey", y aunque cometió muchos errores es de admirarle que es uno de los artistas con mas records de la historia.

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Las Once claves del Exito del Rey del Pop: Michael Jackson:
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1. Fue Emprendedor: El ser emprendedor es un concepto que se ha analizado ampliamente en este blog y Michael Jackson es un claro ejemplo de un emprendedor y esto se refleja en diferentes acontecimientos de su vida pero hay uno que cabe destacar y en el cual se refleja su espiritu emprendedor y es el hecho de que inicio su carrera a muy temprana edad, comenzó en el negocio del entretenimiento a los 4 años. Su carrera lo llevó a los 10 años a liderar los 'Jackson Five'. Su reconocimiento a lo largo de Estados Unidos lo consolidó como invitado del show de Ed Sullivan, uno de los programas de celebridades más vistos en la historia de la televisión estadounidense.
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2. Innovacion: Pensar y actuar de forma distinta es un concepto que michael jackson manejaba a la perfeccion y esto se podia notar en la calidad de los contenidos de sus videos musicales que se asemejaban mas a cortometrajes que unidos a sus ritmos musicales poco comunes creaban una experiencia unica que solo el rey del pop podria haber creado, fue parte de esta gran capacidad para construir nuevos conceptos lo que llevo a Michael a ser mundialmente famoso.
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3. Capacidad para asumir Riesgos: Producir contenido musical en formato CD tal vez no te parezca algo raro, pero en una epoca en la que este formato era desconocido y su asimilacion en el mercado era incierto habria que tener suficientes agallas para ariesgarse a porbar suerte y fue gracias a esa capacidad de Jackson para lanzarse a lo nuevo y desconocido que se convirtio en el primer artista en introducir el formato de CD a sus grabaciones.
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4. Diferenciacion en el Mercado: Todas las marcas que permanecen en la cabeza de los consumidores tienen una estética visual propia. Jackson entendió este concepto y supo construir su propia imagen con sus fanáticos: el paso de baile moonwalk (caminata lugar), sus guantes, uniformes y su mansión Neverland (en alusión a Peter Pan), son algunos ejemplos de ello.
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5. Proyección: Jackson fue un artista multidimensional. Sus particulares bailes fueron mostrados al mundo por nuevos medios y formatos de comunicación para la industria del entretenimiento, como los videoclips (modernos). Quizás uno de los mejores ejemplos es cuando la cadena MTV estrenó el videoclip 'Thriller' en 1982, parte del álbum que llevaba el mismo nombre. La placa vendió 100.000 copias.
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6. Identifico Y Aprovecho sus talentos: Identificar los talentos propios es una habilidad unica y que no todo el mundo logra desarrollar pero quienes lo hace alcanzan inevitablemente el exito y Michael Jackson es un claro ejemplo de esta caracteristica ya que desde muy pequeño identifico sus capacidades, talentos y dones musicales y artisticos y no solo los identifico sino que los desarrollo y los aprovecho labrando asi una camino lleno de exitos desde muy joven.
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7. Nunca dejo de ser un Niño: Los grandes creativos aconcejan siempre ver el mundo como lo ven los niños sin encontrar limites ni fronteras que nos impidan pensar en que lo imposible se hace posible y Michael, tal vez debido a que su infancia no la vivió como un niño normal debido a su carrera, nunca dejó de ser un niño y murio mostrando cientos de exentricidades que hacian verlo como un niño rebelde ansioso de romper las reglas y dejar su huella en este mundo.
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8. Aprendió de los que saben: Aceptar ayuda y recibir concejos es cosa de sabios y mas cuando se quiere llegar a ser grande es importante rodearse de personas de exito y adquirir algo de su gran sabiduria y esto fue un punto clave en la vida de exitos del rey del pop ya que Se benefició con una larga relación profesional con el productor y autor Quincy Jones. Jackson en oportunidades reconoció que también recibió inspiración y ayuda de cantantes como James Brown, Diana Ross, entre otros.
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9. Apareció en el momento Oportuno: Michael se puede decir que estuvo en el momento adecuado en el lugar correcto, cuando la música negra estaba en el apogeo, pero la censura no dejaba que explotara, necesitaba un mesías, un conductor por donde estallar, un elegido, ese fue Michael Jackson.
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10. Fue global: La música y los videoclips de Michael Jackson cruzaron todas las fronteras con facilidad. No sólo las geográficas, también de edades, generaciones y razas. 'We are the world', escrita por Jackson y Lionel Ritchie en 1985 cimentó su fama mundial. Gracias a esta canción llegó a vender cerca de 750 millones de discos fuera de los Estados Unidos.
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11. Establecio una relacion directa con el "Cliente": Los grandes expertos de marketing aconcejan hacerle sentir al cliente que tu producto es parte de su vida y Michael uso este principio de una manera muy eficaz, la vulnerabilidad que mostró a sus seguidores a través de sus imperfecciones hizo ver que además era una persona de carne y hueso. Jackson fue excéntrico, misterioso y hasta algo triste.

Fuente:negociosyemprendimiento.blogspot

INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EL ADULTO MAYOR. Avances y desafíos para un enfoque integral.



1. Introducción.-

La sección Población del Departamento de asuntos económico – sociales
de las Naciones Unidas publicó, el 26 de Octubre de 1998, una actualización de
los cálculos y proyecciones en materia demográfica. En el capítulo dedicado al
aumento del número de personas ancianas, destaca, entre otras cosas, que los 66
millones de personas de más de ochenta años de edad, presentes hoy en el
mundo, van a aumentar hasta 370 millones en el año 2050, cuando se contarán
entre ellos 2,2 millones de centenarios.

1
Las expectativas de más años de vida de la población en muchos países
han ido aumentando desde hace tiempo; Chile también se encuentra en esta
situación, y como los índices de natalidad siguen orden inverso ocurre que somos
uno de los países de América Latina con mayor índice de envejecimiento. El
aumento de la expectativa de vida ha llevado a que el número promedio de años
en la etapa poslaboral de su población sea de igual extensión al del período
formativo y educativo prelaboral: es decir, el período posjubilación es de similar
duración al tiempo que la persona ocupa en su juventud para formarse antes de
entrar a trabajar2. Esta realidad del crecimiento constante del número de ancianos
y la disminución del número de jóvenes y niños ya viene alarmando desde hace
tiempo a los estudiosos. La pirámide de las edades se encuentra completamente
invertida en varios países del mundo. Quizá esta sea una de las razones por la
cual, desde hace unos años, se van realizando numerosos estudios
interdisciplinares dedicados a la ancianidad. La preocupación por los ancianos y
su estilo de vida en la sociedad cambiante de nuestros días, es preocupación de
1 Tomado del Consejo Pontificio para los Laicos: La dignidad del anciano y su misión en la Iglesia y
en el mundo. Vaticano. 1 de Octubre de 1998.

2 ROSITA KORNFELD MATTE: El adulto mayor ¿problema o recurso? Revista Universitaria. N° 65.
Tercera Entrega 1999. Universidad Católica de Chile.
2
instituciones gubernamentales, ONGs, Universidades, y de grupos privados de
distintas orientaciones.
Nuestro Seminario de estos días es también una muestra de lo que
venimos diciendo. El título del mismo: La tercera edad en el tercer milenio; un
desafío para todos, indica bien el talante de nuestra preocupación. El presente
trabajo consiste en una sencilla reflexión sobre la realidad psicológica del anciano
(hoy se habla de tercera y cuarta edad), y pretende entregar algunas pistas acerca
del desarrollo integral de las personas comprendidas en esa edad que abarca un
amplio espacio cronológico.

2. Adulto mayor y autoestima.-

Muchos adultos mayores llegan a la edad de la jubilación y se sienten
todavía en plenitud para la realización de sus trabajos. Frecuentemente nos
encontramos con personas de edad avanzada que están plenamente en forma,
totalmente vigentes, lúcidas, llenas de iniciativas y planes de trabajo. Muchos
hombres y mujeres científicos, literatos, escritores, investigadores, políticos,
hombres de campo, mujeres dueñas de casa, etc., aunque ven disminuidas sus
potencialidades físicas al llegar a la vejez, sienten sin embargo que su mente
sigue lúcida, y sus ganas de hacer buenas cosas permanecen inalteradas. A pesar
de que ellos se ven así de bien, la sociedad les dice por medio de la jubilación o
de otras señales, que ya deben dejar el puesto a gente más joven y nueva, y que
deben retirarse. En una palabra, es como si se les dijera: señor, señora,
prescindimos de Ud.
Una de las primeras necesidades de todo ser humano es la de sentirse
aceptado, querido, acogido, perteneciente a algo y a alguien, sentimientos estos
en los que se basa la autoestima. La autoestima consiste en saberse capaz,
sentirse útil, considerarse digno3.
Por lo tanto no puede haber autoestima si el individuo percibe que los demás
prescinden de él. Así lo veía ya el viejo Maslow4 en su famosa pirámide de
3 J.V. BONET: Autoestima y Evangelio. Vida Nueva, 7 – 14 de Agosto, 1999. N° 2.197. Madrid.

4 A. MASLOW: Motivación y personalidad. Díaz de Santos. Madrid 1991.
3
necesidades, donde describe un proceso que denominó autorrealización y que
consiste en el desarrollo integral de las posibilidades personales.
Autoestima consiste en las actitudes del individuo hacia sí mismo. Cuando
las actitudes que este mantiene hacia sí mismo son positivas hablamos de buen
nivel o alto nivel de autoestima. Al nombrar la palabra actitudes ya hemos incluido
el mundo de los afectos y sentimientos y no sólo el de los conocimientos, pues los
componentes de la actitud encierran gran variedad de elementos psíquicos. De ahí
que para la educación y formación de las personas nos interesa mucho formar en
actitudes porque así aseguramos una formación integral y no fraccionaria. Por lo
mismo que las actitudes se encuentran integradas por factores cognitivos, afectivo
– emotivos y conductuales, es muy difícil cambiarlas, pues radican en lo más
profundo de la personalidad. Por eso también, un adecuado nivel de autoestima es
garantía de que el sujeto podrá hacer frente con dignidad a importantes
contrariedades de la vida; no decaerá su ánimo fácilmente5.
En vista de esto, si a una persona que se siente bien, saludable y con
fuerzas, le decimos que ya no nos hace falta, es muy probable que influyamos en
el deterioro de su autoestima al hacerle ver que el grupo puede prescindir de ella,
que su pertenencia al “nosotros” ya no es tan evidente. Es como decirle que el
aprecio que sentíamos por él/ella era sólo en cuanto que su aporte y presencia
nos era útil, pero ahora las cosas cambian: tu presencia no nos es necesaria
porque ya no nos puedes aportar nada. El adulto mayor saludable se siente
desconcertado ante dos experiencias de vector contrario: por un lado él se siente
bien y con ganas de trabajar, pero por otro lado la sociedad le dice que ya no lo
necesita. Es un duro golpe para su autoestima, pues como decíamos antes, una
de las bases importantes para alimentarla se encuentra en el sentimiento de
pertenencia. ¿Cómo mantener dicho sentimiento si se me están mandando
mensajes de que se puede prescindir de mí?
Pero la autoestima (inserta en el sistema actitudinal de la personalidad) es
un todo muy complejo. Todo el valor afectivo – emotivo que ella encierra no se
limita sólo a efectos anímicos (lo que ya es bastante importante) sino que proyecta
5 J. V. BONET: Sé amigo de ti mismo. Manual de Autoestima. Sal Terrae. Santander 1994.
4
sus múltiples consecuencias también hacia lo físico y somático. Estudios
modernos prueban que el enfermo se recupera mejor si además de los cuidados
médicos y fármacos cuenta también con toda esa red de arropamiento acogedor
que representa la mano tierna y cariñosa dispuesta a brindarle un amor
incondicional. No sólo el enfermo se recupera mejor cuando es atendido con amor,
sino que a causa del amor, una persona puede permanecer más inmune a la
enfermedad que aquella otra carente de esta experiencia amorosa. Está
demostrado, por ejemplo, que las personas con más y mejores lazos familiares
padecen menos resfriados que las que carecen de ellos6.
3. Inteligencia emocional y autoestima.-
Los nuevos estudios indican que las emociones positivas y negativas
influyen en la salud más de lo que se suponía hace unos cuantos años, y que si no
tenemos un desarrollo afectivo óptimo no se desarrolla la inteligencia; así es que
hay una relación directa entre el afecto y el desarrollo cerebral, intelectual. La
inteligencia depende de la vida de la niñez, cuando se va estructurando la
persona. Es interesante volver a valorizar el afecto7.
El periodista Daniel Goleman ha tenido el acierto de lograr llamar la
atención sobre la importancia del tema emocional mediante la publicación de su
conocido libro La inteligencia emocional8. Mediante este best seller ha sacado el
tema del estricto claustro académico y lo ha llevado a la comprensión de la gente
de la calle. Hoy sabemos que la inteligencia es mucho más que una determinada
función de la mente humana medida en términos de C.I.; el ser humano, a la hora
de actuar de alguna manera y de tomar determinadas decisiones, no lo hace tanto
guiado por su inteligencia cognitiva, sino sobre todo a impulsos de sus emociones
y sentimientos que deben ser guiados, orientados, controlados y expresados
mediante los dictados de una sana inteligencia emocional. A la hora de decidir en
asuntos en los que nos va la vida (ver por ej. lo referente a elección de pareja), no
6 G. CASINO: El descubrimiento científico de las emociones. EL PAÍS. Madrid, martes 5 de
Octubre de 1999.
7 L. VARGAS FERNÁNDEZ: Chile ha crecido pero no se ha desarrollado. Revista Universitaria. N°
65. Tercera Entrega 1999. Universidad Católica de Chile.
8 D. GOLEMAN: La inteligencia emocional. Vergara. Buenos Aires 1996.
5
lo hacemos guiados por el frío intelecto sino por la calidad e intensidad de los
sentimientos que en ese momento nos embargan.
¿Y quién nos ha enseñado a manejar ese mundo de los sentimientos y
emociones? Desgraciadamente los aprendizajes que se han practicado en las
escuelas han insistido más en el mundo de los conocimientos que en el de las
emociones, y sólo un buen ambiente familiar ha podido servirnos de utilidad para
el manejo desenvuelto y positivo del mundo afectivo. ¿Qué pasa si el mismo
ambiente familiar carece de la solidez afectiva necesaria?
Para poder vivir bien la vida es necesaria no sólo la inteligencia cognitiva
sino también (y sobre todo) la Inteligencia emocional, aspecto de nuestra
personalidad que tan olvidado habíamos tenido. La autoestima corre pareja con el
funcionamiento de la Inteligencia Emocional: las personas con mejor y más
adecuada expresión de sus sentimientos y emociones son a la vez personas
seguras de sí mismas, con mayor sentimiento de libertad y autonomía, con
mejores relaciones interpersonales, y por ello mismo con mejor nivel de
autoestima.
Pues bien, una de las primeras crisis de la edad madura es a menudo una
crisis de desgaste, desánimo y desilusión, por la experiencia que vive el anciano al
verse, de pronto, no aceptado. Y ello sin razón objetiva alguna, puesto que él se
siente todavía como ser vigente y capaz de servir. Esta es una crisis que se ve
agudizada por las pérdidas que va viviendo el adulto mayor: pérdida del trabajo
donde se sentía útil, pérdida de los compañeros de labores más jóvenes a los que
ya deja de frecuentar, y pérdida de seres queridos y amigos que van muriendo: Ya
tengo más seres queridos dentro de estas murallas que afuera, me decía un viejo
campesino del norte de España cuando salíamos del cementerio el día del funeral
de mi madre. Si estas pérdidas no se compensan por medio de convenientes
ejercicios de Inteligencia Emocional (buen manejo del campo afectivo – emotivo)
no será nada raro que el anciano se sienta invadido de perjudiciales sentimientos
negativos, que afectarán su autoestima, especialmente en las mujeres9.
9 PAULA PELÁEZ: La soledad del viejo y su autoestima. Testimonio. N° 133 – 134. Septiembre –
Diciembre 1992. Santiago.
6
4. Modelo del Viejismo y paradigma del cuerpo joven.-
Los parámetros y valores culturales imperantes en la sociedad favorecen
poco la autoestima del anciano. El modelo cultural que impera entre nosotros es
un modelo simplista que imagina el desarrollo de la vida en términos de comienzo,
plenitud y decadencia. Según este esquema el hombre está condenado fatalmente
a ser testigo de su propia decadencia, y necesariamente su autoestima será cada
vez más frágil y vulnerable. Subyace aquí una ideología físico - biologista que
reduce el ser humano a pura conexión de células que obviamente se van
envejeciendo y deteriorando. Es una ideología del “viejismo”10 que es necesario
superar. La razón y la afectividad no decaen al ritmo de la decadencia biológica, y
al contrario, crecen y se fortalecen en el anciano saludable hasta el último día de
vida: Enséñame, Señor, a saber aceptar lo de cada día; a saber caminar pisando
firme, para andar por el Camino que conduce a la paz temporal, y sobre todo a la
eterna11. La OMS define el “viejo sano” como aquel individuo cuyo estado de salud
se considera no en términos de déficit, sino de mantenimiento de capacidades
funcionales. Por otro lado es importante recordar que el mismo envejecimiento de
las células cerebrales se produce más lentamente que el de otras células del
organismo si se las mantiene activas, por lo cual se recomienda aprender algo
nuevo en una especie de gimnasia intelectual12.
Junto a esta mentalidad del “viejismo” que acabamos de comentar está
presente en nuestra sociedad lo que algunos autores llaman Paradigma del
cuerpo joven13: el tipo de sociedad imperante hace cada vez más difícil la vida
familiar de convivencia trigeneracional; el modelo de familia que se nos presenta
en los atractivos anuncios publicitarios suele estar representado por una linda
joven pareja, un pequeño hijo muy bonito, y el perro. Pocas veces aparece el
abuelo en ese cuadro. A este signo de marginación familiar respecto de los
10 JANICE SUÁREZ: Imagen del adulto mayor. Testimonio. N° 133 – 134. Septiembre – Diciembre
1992. Santiago.
11 De los escritos de mi madre al cumplir 100 años de edad. Murió a los 103 años llena de paz y
lucidez.
12 PAULA PELÁEZ: o. c.
13 PEDRO ROSSO: El paradigma del cuerpo joven como ideal estético. Revista Universitaria. N°
65. Tercera Entrega 1999. Universidad Católica de Chile.
7
ancianos se añade la preferencia casi obsesiva de nuestros medios publicitarios
por el cuerpo joven como ideal estético. Mujeres y hombres modelos han de ser
según este esquema gente joven, con bonito cuerpo (excesivamente delgado), y
muy lejos de todo lo que pueda ser arrugas y defectos del cuerpo viejo. Eso
explica la gran oferta y demanda que en nuestros tiempos representa el mundo
físico – culturista al cual se ven inclinados tantos de nuestros jóvenes y no tan
jóvenes. Es lógico que en un ambiente así, el hombre y mujer mayores sientan
que no tienen nada que ofrecer: las personas de edad parecen patéticamente feas
(ib).
5. Mirando al tercer milenio. Constructores de Esperanza.-
Al terminar este trabajo quisiera presentar algunos motivos de esperanza
que son a su vez especiales desafíos para quienes, desde el mundo de la salud
psíquica, deseamos construir un mundo más feliz y humano frente al tercer milenio
que comienza.
a. Personalidad como proyecto sin terminar:
La persona puede llegar a la tercera y cuarta edad, ser adulto mayor,
anciano, viejo, o como queramos llamarlo, y puede ser testigo de su deterioro
físico, a la vez que mantener incólume su crecimiento psíquico. La mejor doctrina
sobre la personalidad y su desarrollo nos enseña desde hace muchos años que
esta se halla siempre en proyecto y que nunca termina de crecer. Erik Erickson14
considera la ancianidad como la etapa de la integración versus la desesperación.
La integridad es vista aquí como la disposición a defender la dignidad del propio
estilo de vida contra la amenaza física y económica. Alcanzar la integridad
consiste en haber logrado un especial estado de espíritu cuyo componente
especial es la autoaceptación. Refiriéndose a dicho estado de espíritu Edmund
Sherman dice que Es la aceptación de la realidad, la realidad de uno mismo y de
la propia vida, resultante del abandono de las ilusiones... Sin embargo, varios de
nosotros no llegan a liberarse de sus objetivos no realistas (que acarician a
menudo sin saberlo), y los sentimientos de fracaso, frustración y decepción de uno
14 ERIK ERIKSON: Infancia y sociedad. Paidós Horme. Buenos Aires 1983.
8
mismo que resultan de todo ello conducen inevitablemente a un sentimiento de
desesperación15.
Lo importante es que el individuo acepte y asuma lo que él es en verdad, y
no lo que los elementos estresores y ansiógenos de la sociedad le pretendan
imponer. De ahí que sea necesario incluir en nuestros programas universitarios y
de otras organizaciones los planes que permitan entregar a todo ser humano la
formación que necesita para aprender a envejecer16. Esto significa, entre otras
cosas, desarrollar la autoestima y aprender a manejar las propias emociones
(destreza emocional), pues ello contribuye a una mejor calidad de vida. El éxito de
la vejez consiste en vivir esta última etapa de la vida como un período de
crecimiento17.
b. Sentido de la felicidad humana y presencia de la muerte:
Felicidad y muerte parecen a simple vista dos términos mutuamente
excluyentes. La felicidad como anhelo y aspiración de todo ser humano es la
motivación que está en la base de todas las demás motivaciones; ella es la
aspiración de todo hombre y mujer desde que nace hasta que muere ¿Pero es
posible la felicidad cuando en la vida se incluye el horizonte de la muerte? La
muerte tiene sentido cuando la vida está llena de sentido18, el cual es correlato de
la felicidad. La felicidad no consiste sólo en estar bien sino en estar haciendo algo
que llene la vida. La felicidad es inseparable del sentido de la vida, y la muerte da
sentido y valor a cada minuto de la vida. El horizonte de la muerte nos obliga a
seleccionar bien los elementos que son vitales para nuestra vida, y nos lleva a
organizar nuestra escala de valores diferenciando bien entre fines y medios, entre
lo que es importante para la vida y lo que es sólo secundario. La perspectiva de la
muerte nos ayuda a ser libres, a no apegarnos excesivamente a las cosas que
ejercen dominio posesivo sobre las personas y pueden ahogar nuestras ansias de
felicidad y libertad.
15 E.SHERMAN: Counseling the aging. Macmillan – The Free Press. NY 1981. Citado por Jacques
Laforest en Introducción a la Gerontología. El arte de envejecer. Herder. Barcelona 1991.
16 JANICE SUÁREZ: o. c.
17 J. LAFOREST: Introducción a la Gerontología. El arte de envejecer. Herder. Barcelona 1991.
18 V. FRANKL: El hombre en busca de sentido. Herder. Barcelona 1988.
9
El ser humano es mortal pero su vida está abierta a la inmortalidad, a la
pretensión de inmortalidad. Lo que yo soy es mortal, pero quien yo soy consiste en
pretender ser inmortal. Todo el mundo está seguro de que morirá, pero nadie
puede estar seguro de que con la muerte terminará absolutamente su realidad. La
seguridad de la muerte no es, ni puede ser, la seguridad de la aniquilación... Del
grado y el tipo de esperanza en la perduración depende el sentido de la felicidad19.
c. Educar para la vida y el amor:
El sentido de la vida y la felicidad brotan de ese sentido de amor que se
encuentra alojado en la esencia del ser humano: la condición humana, según el
filósofo Julián Marías, reside en que el hombre es intrínsecamente amoroso, es
realidad amorosa. Sólo se sienten realizadas las personas capaces de amar en
entrega generosa. La condición intrínseca del amor es la permanencia; el amor
nunca muere y se proyecta para siempre sobre la persona amada. El amor es más
fuerte que la muerte, dice la Biblia (Cnt. 8, 6). Parece comprobado que los
hombres y mujeres que más aman son los que viven mejor el sentido de la vida y
de la muerte, y los que mayor provecho obtienen de sus pretensiones de
inmortalidad. Por eso cuando en este mundo se pierde un gran amor, la
consecuencia capital es que se ama menos todo lo demás y no dan ganas de
seguir viviendo. Es necesario poder amar por siempre, y por lo mismo es
necesario vivir después de la muerte para que el amor no tenga fin.
Basados en el sentido de la vida que es satisfecho por el amor
incondicional, el desafío que hoy nos anima es construir una sociedad de todas las
generaciones, donde viejos y jóvenes tengan igual cabida. Sería un desperdicio y
despilfarro prescindir de personas mayores que son un capital humano cada vez
más necesario para ayudar a los jóvenes a desarrollarse y realizarse como
personas 20.
Los valores vuelven a estar de moda, y las reformas educacionales de
muchos países, con sus famosos valores transversales nos recuerdan esta
19 JULIÁN MARÍAS: La felicidad humana. Alianza Editorial. Madrid 1994. (p. 325).
20 E. ROJO: ¿Final de la vida laboral a los 50 años? Vida Nueva. N° 2199. 4 de septiembre 1999.
Madrid.
10
verdad21. Desde la cosmovisión de los valores será posible comenzar el nuevo
siglo con una perspectiva más amorosa, y fomentar tanto desde la educación
institucionalizada (escuelas) como desde la informal y las familias, toda una
ambientación globalizada que nos lleve a valorar en serio los carismas de los
ancianos saludables:
 Gratuidad: no todo se ha de medir con el parámetro de la eficiencia; ante una
sociedad demasiado ocupada necesitamos del testimonio gratuito de amor
procedente de los ancianos.
 Memoria: recordar las propias raíces es ser fieles a sí mismo; si se pierde el
sentido de la historia se pierde la propia identidad. El diálogo de las
generaciones permitirá guardar viva la memoria para que no se repitan los
errores del pasado, y nos animemos con sus aciertos.
 Experiencia: la técnica y la ciencia no pueden reemplazar la experiencia. Hoy
vivimos con muchas prisas, agitación, precipitación y neurosis. El anciano
capta bien la superioridad del ser a la del hacer y tener; su presencia permite
una visión más completa de la vida, y nos ayuda a valorar la sencillez, el
silencio y contemplación.
De los carismas propios de la ancianidad podemos obtener elementos válidos
para la humanización del tercer milenio. Todos somos necesarios; nadie está de
sobra en la humanista universalidad del amor.
José Luis Ysern de Arce
Universidad del Bio-Bio.
Chillán, Chile. Noviembre 1999.
21 ADELA CORTINA: Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la ciudadanía. Alianza. Madrid
1999.
11
BIBLIOGRAFÍA
1. BONET, J. V.: Autoestima y evangelio. Vida Nueva. N° 2197. 7 – 14
Agosto 1999. Madrid.
2. BONET, J. V.: Sé amigo de ti mismo. Manual de Autoestima. Sal
Terrae. Santander 1994.
3. CORTINA, Adela: Ciudadanos del mundo. Hacia una teoría de la
ciudadanía. Alianza. Madrid 1999.
4. CPL: La dignidad del anciano y su misión en la Iglesia y en el
mundo. Vaticano 1 de Octubre de 1998.
5. FRANKL, V.: El hombre en busca de sentido. Herder. Barcelona
1998.
6. GOLEMAN, D.: Inteligencia emocional. Vergara. Bs. Aires 1997.
7. LAFOREST, J.: Introducción a la Gerontología. El arte de envejecer.
Herder. Barcelona 1991.
8. MARÍAS, JULIÁN: La felicidad humana. Alianza. Madrid 1994.
9. PUERTO, C.: El sexo no tiene edad. Cómo aman las personas
mayores. Temas de Hoy. Madrid 1995.
10. ROGERS, CARL: El proceso de convertirse en persona. Paidós Ibérica.
Barcelona 1996.
11. ROJO, E.: ¿Final de la vida laboral a los 50 años? Vida Nueva. N°
2199. 4 Septiembre 1999. Madrid.
12. SCHÖKEL Luis A.: Esperanza, meditaciones bíblicas para la tercera edad.
Sal Terrae, Santander 1991.
13. VARIOS: Florecer en otoño. Revista Testimonio. N° 133 – 134.
Septiembre – Diciembre 1992. Santiago.
14. VARIOS: La salud y la enfermedad en la tercera edad. Trastornos
psicológicos de la tercera edad. Folios. Barcelona 1994.
15. VARIOS: Revista Universitaria. N° 65. Tercera Entrega 1999.
Universidad Católica de Chile.
16. VARIOS: Tiempo nuevo para el adulto mayor. Enfoque
interdisciplinario. Universidad Católica de Chile 1993

Fundamentos de la publicidad


El discurso y la imagen publicitaria busca persuadir y convencer a las personas para que compren un producto mediante estrategias comunicativas creadas para este fin.

El objetivo de la publicidad es hacer que los consumidores recuerden los anuncios en el momento en que adquieran un producto. El propósito que tienen todos los anuncios (televisivos, callejeros o radiofónicos) es vender. Por tanto, el discurso y la imagen publicitaria busca persuadir y convencer a las personas para que compren un producto.

Este proceso comunicativo da a conocer una institución, un producto, un servicio y/o promueve una idea para influir en la conducta de quienes pueden comprarla o aceptarla. El proceso se inicia en la agencia de publicidad, ahí están los creativos; sigue en el medio de comunicación, ahí se anuncia; continua en el público objetivo y concluye en el control de los efectos que provocó, es decir: subieron o no las ventas.


La fotografía publicitaria

Tiene la particularidad de adaptarse a intereses comerciales. La función del lenguaje está mediada por los intereses comerciales del producto a promover. En este sentido, no es el arte lo que se busca cuando se saca una fotografía publicitaria, no existe la búsqueda estética de la imagen, sino su funcionalidad comercial. Tampoco se intenta transmitir una realidad objetiva como lo hace la fotografía periodística. En base a técnicas de iluminación y composición, la fotografía publicitaria presenta el producto e intenta influir en las decisiones de las personas, creando un mensaje que motive el aumento de las ventas del producto que se promueve.

El lenguaje escrito publicitario

El mensaje escrito publicitario combina el texto lingüístico con imágenes de fotografías, ilustraciones o gráficos. El medio de comunicación elegido: prensa, radio, televisión o paletas callejeras, condiciona la forma y el contenido del mensaje escrito publicitario. Veamos algunas de sus características:

• Debe ser original. Para atraer la atención del destinatario y convertirlo en ¿receptor cautivo?, se busca que el mensaje sea original, ya sea en su gráfica, en la imagen o el eslogan utilizado.
• Debe ser breve y conciso.
• Debe ser intencionado, buscar la modificación conductual de la persona. No se espera que informe objetivamente las características de un producto. Convencionalmente, la gente sabe que el mensaje escrito presentará todos los atributos del producto.
El lenguaje publicitario utiliza una modalidad lingüística que en la mayoría de las ocasiones refiere a la segunda persona del singular (tú) o a la primera del plural (nosotros). También utiliza interrogaciones retóricas, cuyo objetivo es, a través de estrategias persuasivas o estéticas, y enunciados imperativos, persuadir al consumidor. Por ejemplo, la propaganda televisiva que presenta diferentes productos e insta al telespectador a marcar el teléfono: Llame Ya. Metáforas, como mostrar un obrero musculoso para simbolizar una marca de cemento; frases con doble sentido, como la propaganda de una nueva línea de helados que dice “dale con todo” y muestra a una pareja besándose; comparación, mostrar una botella de cerveza light del mismo tamaño de una mujer delgada, dando la sensación de liviandad. Otro de los recursos son las rimas, muy utilizadas en los spot televisivos cercanos al 18 de septiembre.

La unión de la palabra escrita y la fotografía

Una característica de la publicidad es la creación de eslóganes, es decir, mensajes donde el enunciado busca definir el producto. El eslogan es un recurso destacado que intenta reforzar el mensaje para que el receptor recuerde e identifique el producto. El eslogan es breve y expresivo, entrega escasa información y evoca connotaciones ajenas al producto. ¿Por qué se produce esta situación?, porque durante la última década, la tendencia de la publicidad ha sido promover indirectamente el producto y promocionar mundos posibles. Entonces, nos encontramos con que una cerveza no vende el líquido, sino que un mundo universitario; que unas zapatillas no venden la calidad del producto, sino el acceso a las grandes ligas deportivas; que un spot de una bebida, cuyo eslogan es “La imagen es todo”, no promociona el sabor de la gaseosa, sino el mundo trasgresor que presenta.

Publicidad y estereotipos

La publicidad no se plantea reflejar la realidad, tampoco tiene entre sus máximas hacer una interpretación fidedigna de la realidad. Intenta imponer estereotipos que serán imitados por la sociedad. Para ello, las agencias de publicidad hacen estudios detallados sobre los hábitos, comportamientos, normas, valores, sensibilidad ética y estética de determinados segmentos de la población. De esa manera, se busca convencer mediante la identificación al público al que se dirige. ¿Qué proponen los anuncios publicitarios cuando presentan a modelos comprando ropa en una multitienda, o a un joven caucásico consumiendo la cerveza más barata del mercado? Aunque es masivo y accesible el producto, se puede consumir lo mismo que modelos físicos catalogados como bellos. Invita a tomarlos como referentes, como personajes a imitar. Son estereotipos que se reproducen en la sociedad.

Fuente: www.educarchile.cl

Mercadotecnia Exitosa


El simple hecho de abrir un negocio no es garantía de éxito. Usted debe informar a probables clientes de la apertura del negocio, lograr que se interesen por el mismo y que compren su producto o contraten el servicio que usted ofrece. La mercadotecnia se ocupa de todo esto. La mercadotecnia a aplicar dependerá de su negocio, de sus finanzas, qué tipo de clientes usted desea tener, y cuáles son sus objetivos.

La mercadotecnia es tan importante que usted debe diseñar un plan especial de mercadotecnia. Este plan lo ayudará a analizar en qué nivel se halla su negocio, a qué nivel usted quiere llevarlo, y cómo llegar allí. El plan de mercadotecnia explicará las estrategias a seguir y los costos en que usted incurrirá. El plan de mercadotecnia puede integrarse a su plan de negocios y usted debe consultarlo con frecuencia.

El plan de mercadotecnia requiere trabajo duro y análisis intenso. Es una buena oportunidad para poner en práctica su creatividad. También es importante ser flexible y tratar distintos enfoques e ideas.

Una de las primeras tareas en el desarrollo de un buen plan de mercadotecnia es hacer una completa investigación de mercado. Esto le ayudará a definir qué tipo de clientes desea atraer a su negocio. La investigación de mercado también se utiliza para conocer a la competencia y pronosticar las tendencias de la industria.

Diseñe un presupuesto destinado para la mercadotecnia. Este presupuesto determinará cuanto puede usted gastar y en qué categorías. Las compañías pequeñas que no cuentan con muchos fondos eligen por lo general estrategias creativas de mercadotecnia que apuntan a una clientela seleccionada.



Investigue su mercado

Un elemento crucial para el éxito de su negocio es un profundo conocimiento del mercado. Es muy importante que la clientela que usted desea atraer sea definida según ciertas características: edad, sexo, posición económica, etc. Esto lo ayudará a elegir la estrategia de mercadotecnia más exitosa para su negocio.

También una completa investigación de mercado lo ayudará a determinar la competencia y a comprender su industria. Esta investigación le resultará útil a la hora de tomar decisiones o hacer pronósticos para el futuro.

Usted puede conseguir información a través de fuentes ya existentes (investigación secundaria) o tal vez la tenga que conseguir usted mismo (investigación primaria). La mayoría de los negocios utilizan una combinación de las dos.

La investigación de mercado puede costar dinero y tiempo, por lo tanto, usted debe estudiar el presupuesto disponible. Esta es una de las claves de todo negocio exitoso.

Investigación primaria

Usted necesita saber dónde viven sus clientes, cómo se enteraron de la existencia de su negocio, si están o no satisfechos con el producto, con la selección, con los precios, etc. La mejor forma de responder a estas preguntas es preguntando. Las encuestas son una buena forma de mantenerse en contacto con sus clientes.

También estudie los puntos fuertes y débiles de la competencia. Usted puede obtener esta información observando los negocios en persona, comprando y evaluando los productos y servicios, y pidiendo la opinión de los clientes de la competencia.

Investigación secundaria

Existen muchas fuentes donde averiguar las características demográficas y geográficas de sus clientes, o las tendencias de la industria. Usted puede obtener esta información en la biblioteca pública o a través del Internet. Existen profesionales que pueden conducir la investigación de mercado para usted, o por supuesto, usted mismo puede hacerlo.

Promoviendo su negocio

La promoción incluye todo lo que usted hace para vender su producto o servicio. La publicidad es una forma tradicional de promoción. Hay muchas rutas para hacer publicidad, como: La televisión, la radio, los periódicos, carteles, boletines, volantes de propaganda, etc. Cada uno tiene ventajas y desventajas. La ruta a escoger dependerá de las características de los consumidores que usted desea alcanzar, su presupuesto disponible y sus objetivos. Usted también puede utilizar otras opciones como correo directo, relaciones públicas, tele mercadotecnia, ventas y mercadotecnia en el Internet.

Enfrente la promoción de su negocio con entusiasmo y responsabilidad. Fije objetivos y metas. Decida qué quiere lograr con la promoción de su negocio y diseñe un plan de ataque.

El siguiente paso es determinar un presupuesto. Todas las formas de promoción son costosas. Como tanto su dinero como su tiempo están limitados, asegúrese que usted esta tomando la herramienta de mercadotecnia apropiada. Si no hay suficiente dinero, usted puede elegir rutas menos tradicionales de promoción. Por ejemplo: Ofrézcase a redactar artículos para periódicos locales o publicaciones comerciales, o haga una presentación personal en algún club local. Distribuya volantes, o camine por la calle con un cartel... ¡Deje que su creatividad florezca!

También, defina quién es su cliente, esto es muy importante para determinar las mejores formas de promoción para su negocio. Por ejemplo, en lugar de anunciar su producto por televisión, tal vez ahorre dinero a través de una publicación que llegue a sus clientes en forma directa. Muchos negocios utilizan una combinación de las distintas formas de promoción con el objeto de alcanzar los distintos segmentos de sus mercados.



Mercadotecnia en el Internet

La mercadotecnia en el Internet, específicamente en el "Web", es una opción nueva que se está tornando popular entre los pequeños negocios. El "Web" ofrece la oportunidad de llegar a un gran número de personas, ofrece apoyo de gráficos y sonido, le permite actualizar información con facilidad sin incurrir en gastos de correo e imprenta, permite comunicación directa con el cliente a través de formularios y correo electrónico y equilibra el campo de competencia entre los negocios pequeños y grandes.

La cantidad de personas que usa el Internet se está expandiendo y cambiando. No hay un numero exacto, pero se calcula que entre 5 y 30 millones de personas utilizan el Internet (aunque no todas estas personas tienen acceso al World Wide Web). Se está investigando la demografía y psicografía de las personas que usan el Internet.

Este es aún un medio muy nuevo. Existen limitaciones con respecto a lo que se puede hacer en términos de gráficos y diseños. Se está trabajando arduamente para alcanzar un punto en que las páginas del Web puedan ser tan atractivas como cualquier página impresa por medios más comunes.

La venta directa a través del Internet está un tanto restringida debido a problemas de seguridad con la información de las tarjetas de crédito.

¿Qué puede hacer usted con el Internet?

Usted puede establecer una página, un catálogo, un folleto o una base de datos . Sea creativo, tenga claridad con respecto al propósito de su página en el Web. Tal vez un folleto o un volante no sean suficientes. Muchos negocios ofrecen información más detallada. Considere presentar una página especial sobre algún tema relacionado con su negocio: un tratado sobre entretenimiento, una encuesta comparativa, un listado de otras páginas sobre temas similares, etc. Muchas compañías ofrecen apoyo técnico o servicio a clientes.

El tener una página en el Web no es suficiente porque la posibilidad de que los usuarios la encuentren por casualidad es muy baja. Promocione su página a través de todos los medios disponibles: en su tarjeta de negocios, en folletos, volantes, periódicos, anúnciela Online, etc. Combine todas sus estrategias de mercadotecnia.

Fuente: www.cyta.com.ar

Héctor Cobo Análisis de las redes sociales


Las relaciones que hay en la red pueden ser de diversos tipos como amistad, telefonía, escolares —personas con las que se relacionan sus hijos en redes sociales tipo hi5—, retiros en cuentas, etcétera


El análisis de las relaciones humanas ha existido por más de un siglo, pero es hasta 1949 cuando Georg Simmel plantea su análisis en términos de redes (por sus siglas en inglés SNA, Social Network Analysis), en donde la estructura social se puede representar a través de grafos, y en la cual, los nodos representan individuos y los lazos uniones entre ellos.

Las redes sociales permiten encontrar y entender comportamientos de clientes que de forma aislada parecerían normales. El análisis se ha hecho posible gracias al avance en los sistemas de cómputo, y los datos históricos de las operaciones que efectúan los clientes dentro de la empresa, los cuales permiten identificar la relación que guardan los clientes entre ellos, ya sea por medio de sus operaciones, los datos de contacto, sus direcciones, teléfonos, etcétera.

Las empresas pueden preguntarse ¿cómo utilizar el análisis de redes sociales en los problemas del negocio? En los bancos, por ejemplo, se cuenta con información sobre las transacciones que ocurren entre cuentas; si ligamos todas las operaciones, incorporamos el factor tiempo en que sucedieron y agregamos atributos sociodemográficos (dirección, teléfono), podemos crear una red social y dentro de ella identificar comunidades que podrían ser grupos de amigos, grupos familiares que viven en distintas casas, personas organizadas para cometer fraudes o lavado de dinero. El SNA permite identificar comportamientos debido a que analiza relaciones en múltiples niveles, más allá de sólo ligar una cuenta con otra; el SNA relaciona todas las cuentas que han tenido alguna relación en el tiempo, ponderando la relación e identificando grupos de alto riesgo.

En términos de mercadotecnia, el SNA nos permite identificar a las personas más influyentes en una comunidad y las cuales pueden difundir una campaña de manera rápida. En las empresas de telefonía fija o celular, se cuenta con datos de las llamadas que realizan los clientes; utilizando estos datos, se puede identificar comunidades de usuarios altamente relacionados, mediante procesos que incrementan las conexiones entre comunidades y separan a grupos de usuarios unos de los otros. Usando las características de la comunidad se puede inferir la edad, nivel socioeconómico y necesidades de un grupo en particular. Con los datos inferidos se pueden crear nuevos productos y campañas de mercadotecnia dirigida al líder y seguidores de la comunidad. Al enfocar la campaña al líder, se reduce el número de contactos que hay que realizar y se incrementa la difusión de la campaña. Acciones dirigidas a necesidades incrementan la lealtad del grupo, ya que, si se retiene al líder de la comunidad, se crea una nueva ancla que asegure gran parte de la comunidad. Debido al tema de portabilidad numérica, en las empresas de telefonía, ésta debería ser una práctica continua que permita aumentar la lealtad de los clientes y, al mismo tiempo, enfocar correctamente los esfuerzos de mercadotecnia en los clientes más importantes.

En conclusión, el SNA se enfoca en las relaciones de los individuos y es esto lo que ha demostrado su eficacia.

*El autor es director de Servicios Profesionales para SAS Latinoamérica Norte

Fuente: cartera@eluniversal.com.mx

Conviértase en una marca emprendedora por Robert Kiyosaki


"Destacarse entre la multitud es el principio para construir una marca exitosa y reconocida. Pero saber cuándo decir que no al crecimiento también es clave": Robert Kiyosaki.


Por: Robert Kiyosaki

Mucho se ha escrito acerca de lo importante que son las marcas. En este mundo tan sobrepoblado y competido, si no eres una marca, entonces sólo eres un producto más. Por eso, en el mercado encuentras computadoras y computadoras Apple.

Existen dos tipos de marcas: las corporativas y las emprendedoras. Un ejemplo de una corporativa es Lexus, la mejor opción para la gente que quiere pagar más por su Toyota. Mientras que entre las marcas emprendedoras se encuentran Michael Dell, Enzo Ferrari, Henry Ford, Ferdinand Porsche y Donald Trump.

Para construir sus marcas, primero los emprendedores debieron ser la marca. De esta manera, su carácter único quedó proyectado en sus negocios, productos y mensaje. Cuando tengo una reunión con Donald Trump, desde que entro al vestíbulo de la Torre Trump mis sentidos son bombardeados por el mensaje Trump, la experiencia Trump y, finalmente, la promesa Trump.

¿Por qué pocos emprendedores logran convertirse en una marca? Simple. Porque su pro-ducto o servicio no refleja su verdadero carácter. A menudo, los emprendedores desean ser complacientes, corteses, inofensivos y agradables. Todo para todos. Esto no es ser una marca; esto es ser un bien y, peor aún, un bien aburrido.

Las marcas se hacen exclusivas por medio de excluir. Los dueños saben quién es su cliente y atienden a ese cliente. Por ejemplo, Sam Walton, fundador de Wal-Mart, sabía que sus consumidores querían precios bajos. Por otra parte, Trump sabe que sus clientes esperan lo mejor y que pagarán su precio.

Durante la mayor parte de mi vida fui admirador leal de los automóviles Porsche. Cuando era pobre, soñaba con tener uno. Cuando me hice rico, compré varios Porsche 911. Pero cuando Porsche sacó el Boxter, el Carrera GT, el Cayenne, el Cayman y había rumores de un sedán que competiría con el BMW, me cambié de marca. Tomé esta decisión porque Porsche trató de incluir, no de excluir. En un intento por ganar una mayor porción del mercado, Porsche diluyó su marca.

Me encantan los anuncios de Apple porque el gordito de la PC no es tan atractivo como el chico de Apple. Apple y Steve Jobs quieren que elijas. Quieren excluir. Apple es Jobs y Jobs es Apple. Richard Branson, Walt Disney y Warren Buffett también son personajes y marcas.

¿Qué significa esto para ti? Las marcas emprendedoras deben cuidarse del punto de inflexión que acarrea el éxito, cuando demasiado crecimiento saca a tu marca de la exclusividad y la cualidad de ser única se vuelve incluyente y universal. En síntesis, cuando pasa de ser una compra de alto margen a una de bajo margen.

Si Wall Street exige un crecimiento trimestral de doble dígito, tu marca y tu visión están en peligro de convertirse en una marca corporativa más y, después, quedarse atrapada en ese punto. Hay ejemplos de este fenómeno por todos lados: DuPont, Ford y Starbucks. Por fortuna, esto es reversible. Así lo demostró Jobs con Apple.

Fuente:www.altonivel.com.mx

Alex Dey El fenómeno de las grabaciones motivacionales Alex Dey.


El fenómeno de las grabaciones motivacionales de a poco está agarrando fuerza entre la gente y es bastante practico ya que uno puede ir en su auto, en la micro o cuando va al supermercado o caminado por la calle, escuchando temas para poder motivarse todos los días y hacer de tu vida una vida de emprendimiento.

La motivación subliminal es algo muy importante en todo este tipo de grabaciones, es necesario que uno crea para poder lograr las cosas, si uno no cree no tiene opción a nada para poder emprender.
Las personas no solo tienen que tener la aptitud para hacer las cosas y emprender en los distintos desafíos que la vida nos pone por delante, sino algo más importante y primordial que es la “actitud”.
Un día navegando por Internet buscando grabaciones motivacionales, descubrí una que se llamaba “El Despertador” y desde ahí seguí buscando grabaciones de su autor, cuyo nombre es Alex Dey y ha tenido tan buen impacto en mi vida este tipo de grabaciones que lo recomiendo totalmente es cosa de buscar ya que Internet está lleno de ellos.
A continuación les dejo una breve biografía de este gran personaje de la motivación personal:
LEX DEY, es hoy por hoy, el Motivador No. 1 de habla hispana en América.
Hablar de Alex Dey, es hablar de toda una historia de Éxito Hispano. Hijo de padre americano y madre mexicana; nace y crece en la frontera de Estados Unidos con México.


Desde muy pequeño, debido a circunstancias familiares adversas se ve en la necesidad de trabajar para colaborar con su familia y es a la edad de 13 años cuando es adoptado por una familia norteamericana siendo llevado a vivir a la ciudad de El Paso Texas. Aquí es donde se ve obligado a instruirse a través de programas de superación personal, motivación y técnicas de negociación en audiocassettes; ya que su padre adoptivo, al enterarse de su escasa educación (sexto grado de primaria), decide hacer de él todo un Vendedor Profesional. Y fue gracias a esta información, que a los 17 años de edad se convirtió en el mejor vendedor de una empresa que manufacturaba anuncios luminosos, empezando a corta edad a percibir importantes ingresos.
A los 19 años, le fue otorgado el reconocimiento de " El joven más destacado de los setentas" ante la Cámara de Comercio de Texas.
A los 23 años logró llegar a la mesa redonda del Millón de Dólares en ventas de Seguros, para la empresa American Fidelity.
A los 25 años era ya un exitoso empresario, pues era propietario de una pequeña cadena de restaurantes, varias lavanderías y además contaba con su propia agencia de seguros en San Antonio, Texas; logrando a esta edad su Independencia Financiera.
A los 27 años, había leído cientos de libros; tomado docenas de seminarios y aplicado la gran mayoría de estos conceptos, decidiendo entonces fundar Dey Research Institute en USA y Corporación Alex Dey en México; compañías dedicadas al Estudio del Desarrollo del Potencial Humano y convertirse a través de los mismos en Instructor en Técnicas de Negociación y Motivador de todo tipo de personas.
Actualmente es reconocido como el mejor instructor de técnicas de ventas y negociación en el Mundo de Habla Hispana, autor de libros Best Seller´s y más de 13 obras en audio y video cassette´s, así como sus múltiples conferencias públicas y privadas, que han capacitado y cambiado la forma de vida y de pensar de cientos de miles de personas en el Mundo.
La Misión fundamental de ALEX DEY es capacitar y motivar a todo hispano en general y en base al cambio de actitud poder lograr una nueva casta de hispanos; hispanos que al abrir los ojos todos los días por la mañana se pregunten ¿ cómo puedo ser mejor? Para que de esta manera el progreso llegue y se quede en nuestro país.
Fuente: alexdey.com.mx
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Como opinión personal sobre las grabaciones de él, pienso que muchas de ellas son bastantes motivadoras y son un muy buen punto de partida para iniciar una vida en que la guía es el emprendimiento, si piensas que alguna vez tocaste fondo y no puedes emprender esta es una gran ayuda para demostrarnos a uno mismo que “si se puede”.

Fuente: egym.bligoo.com

Tema: Autocontrol e Inteligencia emocional (Libro: El monje que vendió su Ferrari)


Aquellos libros que tratan del liderazgo o de la motivación no toman suficientemente en consideración la importancia de las técnicas de autocontrol o de autodominio que quizás el cerebro, al que se refería J. Ratey, puede controlar y administrar emocionalmente. Hoy estas técnicas pueden ser claves para la dirección de equipos, al asumir grandes metas o retos en el mundo empresarial. De hecho, Sharma tiene como clientes prestigiosas empresas como G.M. Nortel, Oracle, Panasonic, etc..

El mensaje central: "Administrar tu mente es administrar tu vida". Hay que cuidar la mente, nutrirla y cultivarla diariamente, tomar conciencia del enorme poder de la mente. De los 60.000 pensamientos diarios muchos -quizás excesivos- son negativos... Acabamos convirtiendo nuestra mente en un vertedero de energía tóxica. Introducimos a nuestras mentes en círculos viciosos de razonamientos negativos... Un apego a lo negativo que nos perjudica en el trabajo, la vida familiar... ¿podemos recurrir a técnicas de autocontrol? ¿son eficaces esta técnicas? ¡¡¡un monje que vendió su ferrari !!!!

La premisa de partida del libro de Sharma es que no importa lo que te ocurra en la vida, en tu trabajo, puesto que tienes la capacidad de elegir libremente tu reacción. Recuerda que es muy similar al planteamiento de la conversación entre Mary y Steve en la reseña que hacíamos en el libro Fish.

La autoayuda parte también de un principio de lucha, de superar el dolor -para superarlo hay que experimentarlo- y en la base de que en todo hay una lección que aprender, tener la voluntad de ser arquitecto de tu propio futuro, atreverse a soñar. Más allá de las nociones generales las recetas de Sharma son originales y quizás efectivas. El éxito de este libro en el mercado norteamericano pese (o además de) el ferrari y los monjes está fuera de toda duda.

¿Tenemos suficiente capacidad de autocontrol, de autodominio, para desarrollar una actitud permanentemente positiva en nuestra mente? Sharma defiende que sí. Y he aquí, en resumen, algunas de las propuestas de Sharma en "su monje que vendió su ferrari" para mejorar autosuperación personal a través de tecnicas de autocontrol emocional:

Dirigir la vida hacia un propósito, una misión, definirla, escribirla. Pon tus objetivos, metas, plazos por escrito y asume un compromiso público entre los que te rodean (presiones positivas).
Cultivar la reflexión diaria, la concentración mental... Vivimos una vida en la que no tenemos tiempo para la nosotros mismos, para la reflexión y meditación personal.
La técnica del "pensamiento opuesto" es muy interesante: "cuando un pensamiento indeseable ocupe el punto focal de tu mente, sustitúyelo de inmediato por un pensamiento ejemplar" No podemos permitirnos el lujo de un solo pensamiento negativo. Esta frase nos lo resume aun mejor: cuida tus pensamientos como cuidarías tus más preciadas posesiones. Esfuérzate por eliminar toda turbulencia interna. Las recompensas serán abundantes.
La técnica de "secreto del Lago" La mente trabaja con imágenes. "Imagínate como te gustaría ser"
En el "viejo arte del liderazgo", el éxito externo comienza por el éxito interno; por la autosuperación y expansión personal. Plantea una interesante cuestión: ¿cómo puede nadie dirigir una empresa si no puede dirigirse a si mismo?
En realidad la inteligencia emocional nos debería permitir forjarnos un carácter sólido, desarrollar fortaleza mental, vivir con entusiasmo y coraje.
Comprende tus miedos y debilidades, entiende su funcionamiento. La soledad, el poder del cuidado físico, el saber respirar bien..., la relajación anti -estrés, la correcta alimentación, el sol, la naturaleza...
Son solo algunas de sus propuestas...

En resumen, un libro recomendado para aquellas mentes agotadas, cansadas de fuertes presiones en el trabajo que acaban agotándose en sus propios pensamientos, generando actitudes negativas, marcando un círculos viciosos en sus mentes y agotando y limitando su propia capacidad emotiva de dar soluciones y respuestas equilibradas. También es una filosofía de vida aplicable a la vida familiar, tan perjudicada por los impactos negativos que proceden de la vida laboral de ejecutivos y directivos sometidos a estrés y marcados por un exceso de presión mental que les lleva a escasas motivaciones.

El liderazgo y la motivación empiezan por la capacidad de autocontrol que tenemos de nosotros mismos. Sharma nos da unas técnicas que aconsejamos leer y trabajar con entusiasmo. Libro recomendado para ejecutivos que deseen cambiar y mejorar la psicología de sus relaciones laborales, para empresas que deseen mejorar el ambiente del trabajo y el desarrollo humano de sus trabajadores y especialmente a directivos con responsabilidades y con aspiraciones de liderar proyectos ambiciosos. No digamos a los directores de recursos humanos, el capital humano de una empresa puede estar desaprovechado por la carencia de motivación, ambiente positivo y ausencia de tensiones innecesarias. Una auténtica laternativa para aquellos que no confían mucho en los coach o en el coaching directivo tan de moda.

Fuente:www.euroresidentes.com

Efectividad en Ventas Dale Carnegie Training


Las Cinco Propulsoras del Liderazgo de Ventas:
Auto-Dirección

Para ser un líder de ventas efectivo, debemos empezar por nosotros mismos. Mantener una actitud positiva y un abordaje proactivo hacia las personas y las situaciones cuando lideramos un equipo de ventas exitoso. Ser responsable de las ventas de una empresa puede ser una responsabilidad muy estresante. Un líder efectivo está continua y constantemente en el proceso de convertirse en un mejor profesional generando sistemas que creen resultados.

Habilidades con las Personas

Como líder de ventas efectivo, debemos desarrollar la confianza, el respeto, y la empatía antes de tratar de influir en otros, sus actitudes, sus comportamientos, o su desempeño. Los líderes de ventas efectivos proyectan una preocupación por los demás, quieren entender qué motiva a las personas que lideran, y tienen la habilidad de motivar un desempeño elevado.

Habilidades para los Procesos

Para liderar a otros vendedores de forma exitosa, debe reconocer la necesidad de tener procesos que producirán resultados de ventas repetibles. Muchas personas entran a la venta porque son buenos para desarrollar relaciones. Ayude a las personas que lidera a capitalizar sus relaciones generando habilidades desarrollando un proceso efectivo para aprovechar esas relaciones.

Comunicación

La comunicación efectiva conecta exitosamente a las personas y los procesos. Los líderes efectivos le dan un gran valor a crear entendimiento. Buscan sugerencias y opiniones activamente. Demuestra la capacidad de motivar a otros y son capaces de persuadir exitosamente.

Responsabilidad

Los líderes de ventas efectivos saben cómo acortar la brecha entre el desempeño esperado y los resultados reales. Son responsables por los resultados personales y los del equipo. Las personas que lideran respetan su capacidad de dar coaching y ser mentores para lograr las metas organizacionales.

Tips para los Gerentes de Venta

1. Busque en los demás ideas, ayuda y soporte. Ser gerente de ventas puede ser solitario. Hable con otros gerentes de ventas, dentro y fuera de su empresa. Encuentre un mentor.

2. Que sus vendedores sean responsables. El fracaso es normalmente el resultado de la falta de responsabilidad.

3. Reconozca cuando un vendedor no se adecua a un trabajo o cliente. Encuentre una posición diferente para esa persona, si es posible, pero no deje a los individuos en una posición donde están fracasando. De ese modo, no ayuda a nadie. Probablemente están tan disconformes con su desempeño como usted.

4. Fije estándares y cúmplalos. Liderar por excepción genera caos. A veces los vendedores negocian mejor con sus gerentes que con sus clientes; evite los riesgos de ese tipo de negociaciones. Si mantiene sus estándares, todos tendrán expectativas claras y estarán listos para el éxito.

5. Que los miembros de su equipo de ventas traten de resolver sus diferencias antes de acudir a usted. Algunos vendedores pelearán más duro contra sus colegas de lo que lo hacen contra la competencia. Desaliente este comportamiento; necesitan trabajar juntos como equipo, y tenerlo a usted resolviendo cada asunto interno desperdicia tiempo y energía emocional.
6. Recuerde que gran parte de su trabajo es vencer barreras. Pregúntele a los miembros de su equipo qué persona, política y proceso se está atravesando en su camino. Sea sensible cuando vengan a usted con problemas y trate de tener un impacto inmediato en el problema.

7. Establezca sistemas y procedimientos claros y que agreguen valor. Los vendedores, gerentes de ventas y personal de soporte de ventas, se encuentran yendo en círculos tratando de explicarse sus propios procesos internos, políticas y guías.

8. Sea agradable y accesible. Haga que las personas sientan que pueden llevarle problemas. Las personas tienden a ocultar sus problemas para evitar la vergüenza o porque esperan encontrar eventualmente una manera de resolverlos. Si los miembros de su equipo confían en usted, le traerán asuntos para que pueda ayudarles a resolverlos rápidamente.

9. Recuerde que los vendedores tenderán a dibujar una imagen más optimista que real. Haga preguntas probatorias para obtener una idea completa de la imagen real.

10. Pase el 80 % de su tiempo individual ayudando a los que mejor se desempeñan, y el 20% con los que tienen el menor desempeño. Un aumento del 10% en alguien con alto desempeño le traerá a su organización un mayor retorno sobre su tiempo. La mayoría de los gerentes lo hacen al revés y pasan la mayor parte de su tiempo con personas problemáticas. En su lugar, enfoque su tiempo con los vendedores de primera línea, y tiempo grupal con los de menor desempeño.


Fuente: www.dalecarnegie.com.ar

La era de la información MANUEL CASTELLS


Prólogo. La red y el yo



-¿Me consideras un hombre culto y leído?

-Sin duda -replicó Zi-gong-. ¿No lo eres?

-En absoluto -dijo Confucio- Tan sólo he agarrado el hilo que enlaza el resto*.




Prólogo. La red y el yo

Hacia el final del segundo milenio de la era cristiana, varios acontecimientos de trascendencia histórica han transformado el paisaje social de la vida humana. Una revolución tecnológica, centrada en torno a las tecnologías de la información, está modificando la base material de la sociedad a un ritmo acelerado. Las economías de todo el mundo se han hecho interdependientes a escala global, introduciendo una nueva forma de relación entre economía, Estado y sociedad en un sistema de geometría variable. El derrumbamiento del estatismo soviético y la subsiguiente desaparición del movimiento comunista internacional han minado por ahora el reto histórico al capitalismo, rescatado a la izquierda política (y a la teoría marxista) de la atracción fatal del marxismo-leninismo, puesto fin a la guerra fría, reducido el riesgo de holocausto nuclear y alterado de modo fundamental la geopolítica global. El mismo capitalismo ha sufrido un proceso de reestructuración profunda, caracterizado por una mayor flexibilidad en la gestión; la descentralización e interconexión de las empresas, tanto interna como en su relación con otras; un aumento de poder considerable del capital frente al trabajo, con el declive concomitante del movimiento sindical; una individualización y diversificación crecientes en las relaciones de trabajo; la incorporación masiva de la mujer al trabajo retribuido, por lo general en condiciones discriminatorias; la intervención del estado para desregular los mercados de forma selectiva y desmantelar el estado de bienestar, con intensidad y orientaciones diferentes según la naturaleza de las fuerzas políticas y las instituciones de cada sociedad; la intensificación de la competencia económica global en un contexto de creciente diferenciación geográfica y cultural de los escenarios para la acumulación y gestión del capital. Como consecuencia de este reacondicionamiento general del sistema capitalista, todavía en curso, hemos presenciado la integración global de los mercados financieros, el ascenso del Pacífico asiático como el nuevo centro industrial global dominante, la ardua pero inexorable unificación económica de Europa, el surgimiento de una economía regional norteamericana, la diversificación y luego desintegración del antiguo Tercer Mundo, la transformación gradual de Rusia y la zona de influencia ex soviética en economías de mercado, y la incorporación de los segmentos valiosos de las economías de todo el mundo a un sistema interdependiente que funciona como una unidad en tiempo real. Debido a todas estas tendencias, también ha habido una acentuación del desarrollo desigual, esta vez no sólo entre Norte y Sur, sino entre los segmentos y territorios dinámicos de las sociedades y los que corren el riesgo de convertirse en irrelevantes desde la perspectiva de la lógica del sistema. En efecto, observamos la liberación paralela de las formidables fuerzas productivas de la revolución informacional y la consolidación de los agujeros negros de miseria humana en la economía global, ya sea en Burkina Faso, South Bronx, Kamagasaki, Chiapas o La Courneuve.
De forma simultánea, las actividades delictivas y las organizaciones mafiosas del mundo también se han hecho globales e informacionales, proporcionando los medios para la estimulación de la hiperactividad mental y el deseo prohibido, junto con toda forma de comercio ¡lícito demandada por nuestras sociedades, del armamento sofisticado a los cuerpos humanos. Además, un nuevo sistema de comunicación, que cada vez habla más un lenguaje digital universal, está integrando globalmente la producción y distribución de palabras, sonidos e imágenes de nuestra cultura y acomodándolas a los gustos de las identidades y temperamentos de los individuos. Las redes informáticas interactivas crecen de modo exponencial, creando nuevas formas y canales de comunicación, y dando forma a la vida a la vez que ésta les da forma a ellas.
Los cambios sociales son tan espectaculares como los procesos de transformación tecnológicos y económicos. A pesar de toda la dificultad sufrida por el proceso de transformación de la condición de las mujeres, se ha minado el patriarcalismo, puesto en cuestión en diversas sociedades. Así,, en buena parte del mundo, las relaciones de género se han convertido en un dominio contestado, en vez de sor una esfera de reproducción cultural. De ahí se deduce una redefinición fundamental de las relaciones entre mujeres, hombres y niños y, de este modo, de la familia, la sexualidad y la personalidad. La conciencia medioambiental ha calado las instituciones de la sociedad y sus valores han ganado atractivo político al precio de ser falseados y manipulados en la práctica cotidiana de las grandes empresas y las burocracias. Los sistemas políticos están sumidos en una crisis estructural de legitimidad, hundidos de forma periódica por escándalos, dependientes esencialmente del respaldo de los medios de comunicación y del liderazgo personalizado, y cada vez más aislados de la ciudadanía. Los movimientos sociales tienden a ser fragmentados, localistas, orientados a un único tema y efímeros, ya sea reducidos a sus mundos interiores o fulgurando sólo un instante en torno a un símbolo mediático. En un mundo como éste de cambio incontrolado y confuso, la gente tiende a reagruparse en torno a identidades primarias: religiosa, étnica, territorial, nacional. En estos tiempos difíciles, el fundamentalismo religioso, cristiano, islámico, judío, hindú e incluso budista (en lo que parece ser un contrasentido), es probablemente la fuerza más formidable de seguridad personal y movilización colectiva. En un mundo de flujos globales de riqueza, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad, colectiva o individual, atribuida o construida, se convierte en la fuente fundamental de significado social. No es una tendencia nueva, ya que la identidad, y de modo particular la identidad religiosa y étnica, ha estado en el origen del significado desde los albores de la sociedad humana. No obstante, la identidad se está convirtiendo en la principal, y a veces única, fuente de significado en un periodo histórico caracterizado por una amplia desestructuración de las organizaciones, deslegitimación de las instituciones, desaparición de los principales movimientos sociales y expresiones culturales efímeras. Es cada vez más habitual que la gente no organice su significado en torno a lo que hace, sino por lo que es o cree ser. Mientras que, por otra parte, las redes globales de intercambios instrumentales conectan o desconectan de forma selectiva individuos, grupos, regiones o incluso países según su importancia para cumplir las metas procesadas en la red, en una corriente incesante de decisiones estratégicas. De ello se sigue una división fundamental entre el instrumentalismo abstracto y universal, y las identidades particularistas de raíces históricas. Nuestras sociedades se estructuran cada vez más en tomo a una posición bipolar entre la red y el yo.
En esta condición de esquizofrenia estructural entre función y significado, las pautas de comunicación social cada vez se someten a una tensión mayor. Y cuando la comunicación se, rompe, cuando deja de existir, ni siquiera en forma de comunicación conflictiva (como sería el caso en las luchas sociales o la oposición política), los grupos sociales y los individuos se, alienan unos de otros y ven al otro como un extraño, y al final como una amenaza. En este proceso la fragmentación social: se extiende, ya que las identidades se vuelven más específicas y aumenta la dificultad de compartirlas. La sociedad informacional, en su manifestación global, es también el mundo de Aum Shinrikyo, de la American Militia, de las ambiciones teocráticas islámicas/cristianas y del genocidio recíproco de hutus/tutsis.
Confundidos por la escala y el alcance del cambio histórico, la cultura y el pensamiento de nuestro tiempo abrazan con frecuencia un nuevo milenarismo. Los profetas de la tecnología predican una nueva era, extrapolando a las tendencias y organizaciones sociales la lógica apenas comprendida de los ordenadores y el ADN. La cultura y la teoría posmodernas se recrean en celebrar el fin de la historia y, en cierta medida, el fin de -la razón, rindiendo nuestra capacidad de comprender y hallar sentido, incluso al disparate. La asunción implícita es la aceptación de la plena individualización de la conducta y de la impotencia de la sociedad sobre su destino.
El proyecto que informa este libro nada contra estas corrientes de destrucción y se opone a varias formas de nihilismo intelectual, de escepticismo social y de cinismo político. Creo en la racionalidad y en la posibilidad de apelar a la razón, sin convertirla en diosa. Creo en las posibilidades de la acción social significativa y en la política transformadora, sin que nos veamos necesariamente arrastrados hacia los rápidos mortales de las utopías absolutas. Creo en el poder liberador de la identidad, sin aceptar la necesidad de su individualización o su captura por el fundamentalismo. Y propongo la hipótesis de que todas las tendencias de cambio que constituyen nuestro nuevo y confuso mundo están emparentadas y que podemos sacar sentido a su interrelación. Y, sí, creo, a pesar de una larga tradición de errores intelectuales a veces trágicos, que observar, analizar y teorizar es un modo de ayudar a construir un mundo diferente y mejor. No proporcionando las respuestas, que serán específicas para cada sociedad y las encontrarán por sí mismos los actores sociales, sino planteando algunas preguntas relevantes. Me gustaría que este libro fuese una modesta contribución a un esfuerzo analítico, necesariamente colectivo, que ya se está gestando desde muchos horizontes, con el propósito de comprender nuestro nuevo mundo sobre la base de los datos disponibles y de una teoría exploratoria.
Para recorrer los pasos preliminares en esa dirección, debemos tomar en serio la tecnología, utilizándola como punto de partida de esta indagación; hemos de situar este proceso de cambio tecnológico revolucionario en el contexto social donde tiene lugar y que le da forma; y debemos tener presente que la búsqueda de identidad es un cambio tan poderoso como la transformación tecnoeconómica en el curso de la nueva historia. Luego, tras haber enunciado el proyecto de este libro, partiremos en nuestro viaje intelectual, por un itinerario que nos llevará a numerosos ámbitos y cruzará diversas culturas y contextos institucionales, ya que la comprensión de una transformación global requiere una perspectiva tan global como sea posible, dentro de los límites obvios de la experiencia y el conocimiento de este autor.

TECNOLOGÍA, SOCIEDAD Y CAMBIO HISTÓRICO
La revolución de la tecnología de la información, debido a su capacidad de penetración en todo el ámbito de la actividad humana, será mi punto de entrada para analizar la complejidad de la nueva economía, sociedad y cultura en formación. Esta elección metodológica no implica que las nuevas formas y procesos sociales surjan como consecuencia del cambio tecnológico. Por supuesto, la tecnología no determina la sociedad. Tampoco la sociedad dicta el curso del cambio tecnológico, ya que muchos factores, incluidos la invención e iniciativas personales, intervienen en el proceso del descubrimiento científico, la innovación tecnológica y las aplicaciones sociales, de modo que el resultado final depende de un complejo modelo de interacción. En efecto, el dilema del determinismo tecnológico probablemente es un falso problema, puesto que tecnología es sociedad y ésta no puede ser comprendida o representada sin sus herramientas técnicas. Así, cuando en la década de 1970 se constituyó un nuevo paradigma tecnológico organizado en torno a la tecnología de la información, sobre todo en los Estados Unidos (véase el capítulo 1), fue un segmento específico de su sociedad, en interacción con la economía global y la geopolítica mundial, el que materializó un modo nuevo de producir, comunicar, gestionar y vivir, Es probable que el hecho de que este paradigma naciera en los Estados Unidos, y en buena medida en California y en la década de los setenta, tuviera consecuencias considerables en cuanto a las formas y evolución de las nuevas tecnologías de la información. Por ejemplo, a pesar del papel decisivo de la financiación y los mercados militares en el fomento de los primeros estadios de la industria electrónica durante el periodo comprendido entre las décadas de 1940 y 1960, cabe relacionar de algún modo el florecimiento tecnológico que tuvo lugar a comienzos de la década de los setenta con la cultura de la libertad, la innovación tecnológica y el espíritu emprendedor que resultaron de la cultura de los campus estadounidenses de la década de 1960. No tanto en cuanto a su política, ya que Silicon Valley era, y es, un sólido bastión del voto conservador y la mayoría de los innovadores fueron metapolíticos, sino en cuanto a los valores sociales de ruptura con las pautas de conducta establecidas, tanto en la sociedad en general como en el mundo empresarial. El énfasis concedido a los instrumentos personalizados, la interactividad y la interconexión, y la búsqueda incesante de nuevos avances tecnológicos, aun cuando en apariencia no tenían mucho sentido comercial, estaban claramente en discontinuidad con la tradición precavida del mundo empresarial. La revolución de la tecnología de la información, de forma medio consciente, difundió en la cultura material de nuestras sociedades el espíritu libertario que floreció en los movimientos de la década de los sesenta. No obstante, tan pronto como se difundieron las nuevas tecnologías de la información y se las apropiaron diferentes países, distintas culturas, diversas organizaciones y metas heterogéneas, explotaron en toda clase de aplicaciones y usos, que retroalimentaron la innovación tecnológica, acelerando la velocidad y ampliando el alcance del cambio tecnológico, y diversificando sus fuentes. Un ejemplo ayudará a comprender la importancia de las consecuencias sociales inesperadas de la tecnología.
Como es sabido, Internet se originó en un audaz plan ideado en la década de los sesenta por los guerreros tecnológicos del Servicio de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa estadounidense (Advanced Research Projects Agency, el mítico DARPA), para evitar la toma o destrucción soviética de las comunicaciones estadounidenses en caso de guerra nuclear. En cierta medida, fue el equivalente electrónico de las tácticas maoístas de dispersión de las fuerzas de guerrilla en torno a un vasto territorio para oponerse al poder de un enemigo con versatilidad y conocimiento del terreno. El resultado fue una arquitectura de red que, como querían sus inventores, no podía ser controlada desde ningún centro, compuesta por miles de redes informáticas autónomas que tienen modos innumerables de conectarse, sorteando las barreras electrónicas. Arpanet, la red establecida por el Departamento de Defensa estadounidense, acabó convirtiéndose en la base de una red de comunicación global y horizontal de miles de redes (desde luego, limitada a una elite informática instruida de cerca de 20 millones de usuarios a mediados de la década de 1990, pero cuyo crecimiento es exponencial), de la que se han apropiado individuos y grupos de todo el mundo para toda clase de propósitos, bastante alejados de las preocupaciones de una guerra fría extinta. En efecto, fue vía Internet como el Subcomandante Marcos, jefe de los zapatistas chiapanecos, se comunicó con el mundo y con los medios desde las profundidades de la selva Lacandona durante su retirada en febrero de 1995.
No obstante, si bien la sociedad no determina la tecnología, sí puede sofocar su desarrollo, sobre todo por medio del estado. 0, de forma alternativa y sobre todo mediante la intervención estatal, puede embarcarse en un proceso acelerado de modernización tecnológica, capaz de cambiar el destino de las economías, la potencia militar y el bienestar social en unos cuantos años. En efecto, la capacidad o falta de capacidad de las sociedades para dominar la tecnología, y en particular las que son estratégicamente decisivas en cada periodo histórico, define en buena medida su destino, hasta el punto de que podemos decir que aunque por sí misma no determina la evolución histórica y el cambio social, la tecnología (o su carencia) plasma la capacidad de las sociedades para transformarse, así como los usos a los que esas sociedades, siempre en un proceso conflictivo, deciden dedicar su potencial tecnológico.
Así, hacia 1400, cuando el Renacimiento europeo estaba plantando las semillas intelectuales del cambio tecnológico que dominaría el mundo tres siglos después, China era la civilización tecnológica más avanzada de todas, según Mokyr. Los inventos clave se habían desarrollado siglos antes, incluso un milenio y medio antes, como es el caso de los altos hornos que permitieron el fundido de hierro ya en el año 200 a.C. Además, Su Sung inventó el reloj de agua en 1086 d.C., sobrepasando la precisión de medida de los relojes mecánicos europeos de la misma fecha. El arado de hierro fue introducido en el siglo VI y adaptado al cultivo de los campos de arroz encharcados dos siglos después. En textiles, el torno de hilar manual apareció al mismo tiempo que en Occidente, en el siglo XIII, pero avanzó mucho más de prisa en China debido a la existencia de una antigua tradición de equipos de tejer complejos: los telares de arrastre para tejer seda ya se utilizaban en tiempos de las dinastías Han. La adopción de la energía hidráulica fue paralela a la de Europa: en el siglo VIII los chinos ya utilizaban martinetes de fragua hidráulicos y en 1280 existía una amplia difusión de la rueda hidráulica vertical. El viaje oceánico fue más fácil para las embarcaciones chinas desde una fecha anterior que para las europeas: inventaron el compás en torno a 960 d.C. y sus juncos ya eran los barcos más avanzados del mundo a finales del siglo XIV, permitiendo largos viajes marítimos. En el ámbito militar, los chinos, además de inventar la pólvora, desarrollaron una industria química capaz de proporcionar potentes explosivos, y sus ejércitos utilizaron la ballesta y la catapulta siglos antes que Europa. En medicina, técnicas como la acupuntura obtenían resultados extraordinarios que sólo recientemente han logrado un reconocimiento universal. Y, por supuesto, la primera revolución del procesamiento de la información fue chino: el papel y la imprenta fueron inventos suyos. El papel se introdujo en China 1.000 años antes que en Occidente y la imprenta es probable que comenzara a finales del siglo VII. Como Ojones escribe: «China estuvo a un ápice de la industrialización en el siglo XIV». Que no llegase a industrializarse cambió la historia del mundo. Cuando en 1842 las guerras del opio condujeron a las imposiciones coloniales británicas, China se dio cuenta demasiado tarde de que el aislamiento no podía proteger al Imperio Medio de las consecuencias de su inferioridad tecnológica. Desde entonces tardó más de un siglo en comenzar a recuperarse de una desviación tan catastrófica en su trayectoria histórica.
Las explicaciones de un curso histórico tan inusitado son numerosas y polémicas. No hay lugar en este prólogo para entrar en la complejidad del debate, pero, de acuerdo con la investigación y el análisis de historiadores como Needham, Qian, Jones, y Mokyr, es posible sugerir una interpretación que ayude a comprender, en términos generales, la interacción entre sociedad, historia y tecnología. En efecto, como señala Mokyr, la mayoría de las hipótesis sobre las diferencias culturales (incluso aquellas sin matices racistas implícitos) fracasan en explicar no las diferencias entre China y Europa, sino entre la China de 1300 y la de 1800. ¿Por qué una cultura y un imperio que habían sido los líderes tecnológicos del mundo durante miles de años cayeron de repente en el estancamiento, en el momento preciso en que Europa se embarcaba en la era de los descubrimientos y luego en la revolución industrial?
Needham ha propuesto que la cultura china estaba más inclinada que los valores occidentales a mantener una relación armoniosa entre el hombre y la naturaleza, algo que podía ponerse en peligro por la rápida innovación tecnológica. Además, se opone a los criterios occidentales utilizados para medir el desarrollo tecnológico. Sin embargo, este énfasis cultural sobre un planteamiento holístico del desarrollo no había impedido la innovación tecnológica durante milenios, ni detenido el deterioro ecológico como resultado de las obras de irrigación en el sur de China, cuando la producción agrícola escalonada llevó a la agresión de la naturaleza para alimentar a una población creciente. De hecho, Wen-yuan Qian, en su influyente libro, critica el entusiasmo algo excesivo de Needham por las proezas de la tecnología tradicional china, pese a su admiración por el monumental trabajo de toda una vida. Qian sugiere una vinculación más estrecha entre el desarrollo de la ciencia china y las características de su civilización, dominada por la dinámica del Estado. Mokyr también considera que el Estado es el factor clave para explicar el retraso tecnológico chino en los tiempos modernos. Cabe proponer una explicación en tres pasos: durante siglos, la innovación tecnológica estuvo sobre todo en manos del Estado; a partir de 1400 el Estado chino, bajo las dinastías
Ming y Qing, perdió interés en ella; y, en parte debido a su dedicación a servir al Estado, las elites culturales y sociales se centraron en las artes, las humanidades y la promoción personal con respecto a la burocracia imperial. De este modo, lo que parece ser crucial es el papel del Estado y el cambio de orientación de su política. ¿Por qué un Estado que había sido el mayor ingeniero hidráulico de la historia y había establecido un sistema de extensión agrícola para mejorar la productividad desde el periodo Han de repente se inhibió de la innovación tecnológica e incluso prohibió la exploración geográfica, abandonando la construcción de grandes barcos en 1430? La respuesta obvia es que no era el mismo Estado, no sólo debido a que se trataba de dinastías diferentes, sino porque la clase burocrática se había atrincherado en la administración tras un periodo más largo de lo habitual de dominio incontestado.
Según Mokyr, parece que el factor determinante del conservadurismo tecnológico fue el miedo de los gobernantes a los posibles impactos del cambio tecnológico sobre la estabilidad social. Numerosas fuerzas se opusieron a la difusión de la tecnología en China, como en otras sociedades, en particular los gremios urbanos. A los burócratas, contentos con el orden establecido, les preocupaba la posibilidad de que se desataran conflictos sociales que pudieran aglutinarse con otras fuentes de oposición latentes en una sociedad mantenida bajo control durante varios siglos. Hasta los dos déspotas ilustrados manchús del siglo XVIII, K'ang Chi y Ch'ien Lung, centraron sus esfuerzos en la pacificación y el orden, en lugar de desencadenar un nuevo desarrollo. A la inversa, la exploración y los contactos con los extranjeros más allá del comercio controlado y la adquisición de armas, fueron considerados, en el mejor de los casos, innecesarios y, en el peor, amenazantes, debido a la incertidumbre que implicaban. Un Estado burocrático sin incentivo exterior y con desincentivadores internos para aplicarse a la modernización tecnológica optó por la más prudente neutralidad, con el resultado de detener la trayectoria tecnológica que China había venido siguiendo durante siglos, si no milenios, precisamente bajo su guía. La exposición de los factores subyacentes en la dinámica del Estado chino bajo las dinastías Ming y Qing se encuentra sin duda más allá del alcance de este libro. Lo que interesa a nuestro propósito de investigación son dos enseñanzas de esta experiencia fundamental de desarrollo tecnológico interrumpido: por una parte, el Estado puede ser, y lo ha sido en la historia, en China y otros lugares, una fuerza dirigente de innovación tecnológica; por otra, precisamente debido a ello, cuando cambia su interés por el desarrollo tecnológico, o se vuelve incapaz de llevarlo a cabo en condiciones nuevas, el modelo estatista de innovación conduce al estancamiento debido a la esterilización de la energía innovadora autónoma de la sociedad para crear y aplicar la tecnología. El hecho de que años después el Estado chino pudiera construir una nueva y avanzada base tecnológica en tecnología nuclear, misiles, lanzamiento de satélites y electrónica demuestra una vez más la vacuidad de una interpretación predominantemente cultural del desarrollo y retraso tecnológicos: la misma cultura puede inducir trayectorias tecnológicas muy diferentes según el modelo de relación entre Estado y sociedad. Sin embargo, la dependencia exclusiva del primero tiene un precio, y para China fue el del retraso, la hambruna, las epidemias, el dominio colonial y la guerra civil hasta al menos mediados del siglo XX.
Puede contarse una historia bastante similar, y se hará en este libro (véase el volumen III), sobre la incapacidad del estatismo soviético para dominar la revolución de la tecnología de la información, con lo que ahogó su capacidad productiva y socavó su poderío militar. No obstante, no debemos saltar a la conclusión ideológica de que toda intervención estatal es contraproducente para el desarrollo tecnológico, abandonándonos a una reverencia ahistórica del espíritu emprendedor individual sin cortapisas. Japón es, por supuesto, el ejemplo contrario, tanto para la experiencia histórica china como para la falta de capacidad del estado soviético para adaptarse a la revolución de la tecnología de la información iniciada en los Estados Unidos.
Japón pasó un periodo de aislamiento histórico, incluso más profundo que China, bajo el shogunado Tokugawa (establecido en 1603), entre 1636 y 1853, precisamente durante el periodo crítico de la formación del sistema industrial en el hemisferio occidental. Así, mientras que a comienzos del siglo XVII los mercaderes japoneses comerciaban por todo el este y sudeste asiáticos, utilizando modernas embarcaciones de hasta 700 toneladas, en 1635 se prohibió la construcción de barcos de más de 50 toneladas y todos los puertos japoneses excepto Nagasaki fueron cerrados a los extranjeros, mientras que el comercio se restringía a China, Corea y Holanda. El aislamiento tecnológico no fue total durante estos dos siglos y la innovación endógena permitió a Japón seguir con un cambio incremental a un ritmo más rápido que China. No obstante, debido a que el nivel tecnológico japonés era inferior al chino, a mediados del siglo XIX los kurobune (barcos negros) del comodoro Perry pudieron imponer el comercio y las relaciones diplomáticas a un país muy rezagado de la tecnología occidental. Sin embargo, tan pronto como la Ishin Meiji (Restauración Meiji) de 1868 creó las condiciones políticas para una modernización decisiva conducida por el Estado. Japón progresó en tecnología avanzada a pasos agigantados en un lapso de tiempo muy corto. Sólo como ejemplo significativo debido a su importancia estratégica actual, recordemos brevemente el desarrollo extraordinario de la ingeniería eléctrica y sus aplicaciones a la comunicación en el último cuarto del siglo XIX. En efecto, el primer departamento independiente de ingeniería eléctrica en el mundo se estableció en 1873 en la recién fundada Universidad Imperial de Ingeniería de Tokio, bajo la dirección de su decano, Henry Dyer, un ingeniero mecánico escocés. Entre 1887 y 1892, un sobresaliente académico de la ingeniería eléctrica, el profesor británico William Ayrton. fue invitado para dar clase en la universidad y desempeñó un papel decisivo en la diseminación del conocimiento en una nueva generación de ingenieros japoneses, de tal modo que a finales del siglo la Oficina de Telégrafos ya fue capaz de reemplazar a los extranjeros en todos sus departamentos técnicos. Se buscó la transferencia de tecnología de Occidente mediante diversos mecanismos. En 1873, el taller de maquinaria de la Oficina de Telégrafos envió a un relojero japonés, Tanaka Seisuke, a la exposición internacional de máquinas celebrada en Viena para obtener información sobre éstas. Unos diez años más tarde, todas las máquinas de la Oficina estaban hechas en Japón. Basándose en esta tecnología, Tanaka Daikichi fundó en 1882 una fábrica de electricidad, Shibaura, que, tras su adquisición por Mitsui, prosiguió hasta convertirse en Toshiba. Se enviaron ingenieros a Europa y los Estados Unidos, y se permitió a Western Electric producir y vender en Japón en 1899, en una empresa conjunta con industriales japoneses: el nombre de la compañía fue NEC. Sobre esa base tecnológica, Japón entró a toda velocidad en la era de la electricidad y las comunicaciones antes de 1914: para esa fecha, la producción de energía total había alcanzado 1.555.000 kilovatios a la hora y 3.000 oficinas de teléfonos transmitían mil millones de mensajes al año. Resulta en efecto simbólico que el regalo del comodoro Perry al Shogun en 1857 fuera un juego de telégrafos estadounidenses, hasta entonces nunca vistos en Japón: la primera línea de telégrafos se tendió en 1869 y diez años después Japón estaba enlazado con todo el mundo mediante una red de información transcontinental, vía Siberia, operada por la Great Northern Telegraph Co., gestionada de forma conjunta por ingenieros occidentales y japoneses, y que transmitía tanto en inglés como en japonés.
El relato del modo cómo Japón se convirtió en un importante actor mundial en las industrias de las tecnologías de la información en el último cuarto del siglo XX es ahora del conocimiento público, por lo que puede darse por supuesto en nuestra exposición. Lo que resulta relevante para las ideas aquí presentadas es que sucedió al mismo tiempo que una superpotencia industrial y científica, la Unión Soviética, fracasaba en esta transición tecnológica fundamental. Es obvio, como muestran los recordatorios precedentes, que el desarrollo tecnológico japonés desde la década de 1960 no sucedió en un vacío histórico, sino que se basó en décadas de antigua tradición de excelencia en ingeniería. No obstante, lo que importa para el propósito de este análisis es resaltar qué resultados tan llamativamente diferentes tuvo la intervención estatal (y la falta de intervención) en los casos de China y la Unión Soviética comparados con Japón tanto en el periodo Meiji como en el posterior a la Segunda Guerra Mundial. Las características del Estado japonés que se encuentran en la base de ambos procesos de modernización y desarrollo son bien conocidas, tanto en lo que se refiere a la Ishin Meiji como al Estado desarrollista contemporáneo, y su presentación nos alejaría demasiado del núcleo de estas reflexiones preliminares. Lo que debemos retener para la comprensión de la relación existente entre tecnología y sociedad es que el papel del Estado, ya sea deteniendo, desatando o dirigiendo la innovación tecnológica, es un factor decisivo en el proceso general, ya que expresa y organiza las fuerzas sociales y culturales que dominan en un espacio y tiempo dados. En buena medida, la tecnología expresa la capacidad de una sociedad para propulsarse hasta el dominio tecnológico mediante las instituciones de la sociedad, incluido el Estado. El proceso histórico mediante el cual tiene lugar ese desarrollo de fuerzas productivas marca las características de la tecnología y su entrelazamiento con las relaciones sociales.
Ello no es diferente en el caso de la revolución tecnológica actual. Se origino y difundió, no por accidente, en un periodo histórico de reestructuración global del capitalismo, para el que fue una herramienta esencial. Así, la nueva sociedad que surge de ese proceso de cambio es tanto capitalista como informacional, aunque presenta una variación considerable en diferentes países, según su historia, cultura, instituciones y su relación específica con el capitalismo global y la tecnología de la información.

INFORMACIONALISMO, INDUSTRIALISMO, CAPITALISMO Y ESTATISMO: MODOS DE DESARROLLO Y MODOS DE PRODUCCIÓN
La revolución de la tecnología de la información ha sido útil para llevar a cabo un proceso fundamental de reestructuración del sistema capitalista a partir de la década de los ochenta. En el proceso, esta revolución tecnológica fue remodelada en su desarrollo y manifestaciones por la lógica y los intereses del capitalismo avanzado, sin que pueda reducirse a la simple expresión de tales intereses. El sistema alternativo de organización social presente en nuestro periodo histórico, el estatismo, también trató de redefinir los medios de lograr sus metas estructurales mientras preservaba su esencia: ése es el significado de la reestructuración (o perestroika en ruso). No obstante, el estatismo soviético fracasó en su intento, hasta el punto de derrumbar todo el sistema, en buena parte debido a su incapacidad para asimilar y utilizar los principios del informacionalismo encarnados en las nuevas tecnologías de la información, como sostendré más adelante basándome en un análisis empírico (véase volumen III). El estatismo chino pareció tener éxito al pasar al capitalismo dirigido por el Estado y la integración en redes económicas globales, acercándose en realidad más al modelo de Estado desarrollista del capitalismo asiático oriental que al «socialismo con características chinas» de la ideología oficial, como también trataré de exponer en el volumen III. Sin embargo, es muy probable que el proceso de transformación estructural en China sufra importantes conflictos políticos y cambio estructural durante los años próximos. El derrumbamiento del estatismo (con raras excepciones, por ejemplo, Vietnam, Corea del Norte, Cuba, que no obstante están en proceso de enlazarse con el capitalismo global) ha establecido una estrecha relación entre el nuevo sistema capitalista global definido por su perestroika relativamente lograda y el surgimiento del informacionalismo como la nueva base tecnológica material de la actividad tecnológica y la organización social. No obstante, ambos procesos (reestructuración capitalista, surgimiento del informacionalismo) son distintos y su interacción sólo puede comprenderse si separamos su análisis. En este punto de m¡ presentación introductoria de las idées fortes del libro, parece necesario proponer algunas distinciones y definiciones teóricas sobre capitalismo, estatismo, industrialismo e informacionalismo.
Es una tradición de mucho arraigo en las teorías del postindustrialismo y el informacionalismo, que comenzó con las obras clásicas de Alain Touraine y Daniel Bell, situar la distinción entre preindustrialismo, industrialismo e informacionalismo (o postindustrialismo) en un eje diferente que el que opone capitalismo y estatismo (o colectivismo, en términos de Bell). Mientras cabe caracterizar a las sociedades a lo largo de los dos ejes (de tal modo que tenemos estatismo industrial, capitalismo industrial y demás), es esencial para la comprensión de la dinámica social mantener la distancia analítica y la interrelación empírica de los modos de producción (capitalismo, estatismo) y los modos de desarrollo (industrialismo, informacionalismo). Para arraigar estas distinciones en una base teórica que informará los análisis específicos presentados en este libro, resulta inevitable introducir al lector, durante unos cuantos párrafos, en los dominios algo arcanos de la teoría sociológica.
Este libro estudia el surgimiento de una nueva estructura social, manifestada bajo distintas formas, según la diversidad de culturas e instituciones de todo el planeta. Esta nueva estructura social está asociada con el surgimiento de un nuevo modo de desarrollo, el informacionalismo, definido históricamente por la reestructuración del modo capitalista de producción hacia finales del siglo XX.
La perspectiva teórica que sustenta este planteamiento postula que las sociedades están organizadas en torno a proceso humanos estructurados por relaciones de producción, experiencia y poder determinadas históricamente. La producción es la acción de la humanidad sobre la materia (naturaleza) para apropiársela y transformarla en su beneficio mediante la obtención de un producto, el consumo (desigual) de parte de él y la acumulación del excedente para la inversión, según una variedad de metas determinadas por la sociedad. La experiencia es la acción de los sujetos humanos sobre sí mismos, determinada por la interacción de sus identidades biológicas y culturales y en relación con su entorno social y natural. Se construye en torno a la búsqueda infinita de la satisfacción de las necesidades y los deseos humanos. El poder es la relación entre los sujetos humanos que, basándose en la producción y la experiencia, impone el deseo de algunos sujetos sobre los otros mediante el uso potencial o real de la violencia, física o simbólica. Las instituciones de la sociedad se han erigido para reforzar las relaciones de poder existentes en cada periodo histórico, incluidos los controles, límites y contratos sociales logrados en las luchas por el poder.
La producción se organiza en relaciones de clase que definen el proceso mediante el cual algunos sujetos humanos, basándose en su posición en el proceso de producción, deciden el reparto y el uso del producto en lo referente al consumo y la inversión. La experiencia se estructura en torno a la relación de género/sexo, organizada en la historia en torno a la familia y caracterizada hasta el momento por el dominio de los hombres sobre las mujeres. Las relaciones familiares y la sexualidad estructuran la personalidad y formulan la interacción simbólica.
El poder se fundamenta en el Estado y su monopolio institucionalizado de la violencia, aunque lo que Foucault etiqueta como microfísica del poder, encarnada en instituciones y organizaciones, se difunde por toda la sociedad, de los lugares de trabajo a los hospitales, encerrando a los sujetos en una apretada estructura de deberes formales y agresiones informales.
La comunicación simbólica entre los humanos, y la relación entre éstos y la naturaleza, basándose en la producción (con su complemento, el consumo), la experiencia y el poder, cristaliza durante la historia en territorios específicos, con lo que genera culturas e identidades colectivas.
La producción es un proceso social complejo debido a que cada uno de sus elementos se diferencia internamente. Así pues, la humanidad como productor colectivo incluye tanto el trabajo como a los organizadores de la producción, y el trabajo está muy diferenciado y estratificado según el papel de cada trabajador en el proceso de producción. La materia incluye la naturaleza, la naturaleza modificada por los humanos, la naturaleza producida por los humanos y la naturaleza humana misma, forzándonos la evolución histórica a separarnos de la clásica distinción entre humanidad y naturaleza, ya que milenios de acción humana han incorporado el entorno natural a la sociedad y nos ha hecho, material y simbólicamente, una parte inseparable de él. La relación entre trabajo y materia en el proceso de trabajo supone el uso de los medios de producción para actuar sobre la materia basándose en la energía, el conocimiento y la información. La tecnología es la forma específica de tal relación.
El producto del proceso de producción lo utiliza la sociedad bajo dos formas: consumo y excedente. Las estructuras sociales interactúan con los procesos de producción mediante la determinación de las reglas para la apropiación, distribución y usos del excedente. Estas reglas constituyen modos de producción y estos modos definen las relaciones sociales de producción, determinando la existencia de clases sociales que se constituyen como tales mediante su práctica histórica. El principio estructural en virtud del cual el excedente es apropiado y controlado caracteriza un modo de producción. En esencia, en el siglo XX hemos vivido con dos modos predominantes de producción: capitalismo y estatismo. En el capitalismo, la separación entre productores y sus medios de producción, la conversión del trabajo en un bien y la propiedad privada de los medios de producción como base del control del capital (excedente convertido en un bien) determinan el principio básico de la apropiación y distribución del excedente por los capitalistas, aunque quién es (son) la(s) clase(s) capitalista(s) es un tema de investigación social en cada contexto histórico y no una categoría abstracta. En el estatismo, el control del excedente es externo a la esfera económica: se encuentra en las manos de quienes ostentan el poder en el Estado, llamémosles apparatchiki o ling-dao. El capitalismo se orienta hacia la maximización del beneficio, es decir, hacia el aumento de la cantidad de excedente apropiado por el capital en virtud del control privado de los medios de producción y circulación. El estatismo se orienta (¿orientaba?) a la maximización del poder, es decir, hacia el aumento de la capacidad militar e ideológica del aparato político para imponer sus metas a un número mayor de sujetos y a niveles más profundos de su conciencia.
Las relaciones sociales de producción y, por tanto, el modo de producción, determinan la apropiación y usos del excedente. Una cuestión distinta pero fundamental es la cuantía de ese excedente, determinada por la productividad de un proceso de producción específico, esto es, por la relación del valor de cada unidad de producto (output) con el valor de cada unidad de insumo (input). Los grados de productividad dependen de la relación entre mano de obra y materia, como una función del empleo de los medios de producción por la aplicación de la energía y el conocimiento. Este proceso se caracteriza por las relaciones técnicas de producción y define los modos de desarrollo. Así pues, los modos de desarrollo son los dispositivos tecnológicos mediante los cuales el trabajo actúa sobre la materia para generar el producto, determinando en definitiva la cuantía y calidad del excedente. Cada modo de desarrollo se define por el elemento que es fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción. Así, en el modo de desarrollo agrario, la fuente del aumento del excedente es el resultado del incremento cuantitativo de mano de obra y recursos naturales (sobre todo tierra) en el proceso de producción, así como de la dotación natural de esos recursos. En el modo de producción industrial, la principal fuente de productividad es la introducción de nuevas fuentes de energía y la capacidad de descentralizar su uso durante la producción y los procesos de circulación. En el nuevo modo de desarrollo informacional, la fuente de la productividad estriba en la tecnología de la generación del conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos. Sin duda, el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los modos de desarrollo, ya que el proceso de producción siempre se basa sobre cierto grado de conocimiento y en el procesamiento de la información. Sin embargo, lo que es específico del modo de desarrollo informacional es la acción del conocimiento sobre sí mismo como principal fuente de productividad (véase el capítulo 2). El procesamiento de la información se centra en la superación de la tecnología de este procesamiento como fuente de productividad, en un círculo de interacción de las fuentes del conocimiento de la tecnología y la aplicación de ésta para mejorar la generación de conocimiento y el procesamiento de la información: por ello, denomino informacional a este nuevo modo de desarrollo, constituido por el surgimiento de un nuevo paradigma tecnológico basado en la tecnología de la información (véase capítulo 1).
Cada modo de desarrollo posee asimismo un principio de actuación estructuralmente determinado, a cuyo alrededor se organizan los procesos tecnológicos: el industrialismo se orienta hacia el crecimiento económico, esto es, hacia la maximización del producto; el informacionalismo se orienta hacia el desarrollo tecnológico, es decir, hacia la acumulación de conocimiento y hacia grados más elevados de complejidad en el procesamiento de la información. Si bien grados más elevados de conocimiento suelen dar como resultado grados más elevados de producto por unidad de insumo, la búsqueda de conocimiento e información es lo que caracteriza a la función de la producción tecnológica en el informacionalismo.
Aunque la tecnología y las relaciones de producción técnicas se organizan en paradigmas originados en las esferas dominantes de la sociedad (por ejemplo, el proceso de producción, el complejo industrial militar), se difunden por todo el conjunto de las relaciones y estructuras sociales y, de este modo, penetran en el poder y la experiencia, y los modifican. Así pues, los modos de desarrollo conforman todo el ámbito de la conducta social, incluida por supuesto la comunicación simbólica. Debido a que el informacionalismo se basa en la tecnología del conocimiento y la información, en el modo de desarrollo informacional existe una conexión especialmente estrecha entre cultura y fuerzas productivas, entre espíritu y materia. De ello se deduce que debemos esperar el surgimiento histórico de nuevas formas de interacción, control y cambio sociales.

INFORMACIONALISMO Y PERESTROIKA CAPITALISTA
Pasando de las categorías teóricas al cambio histórico, lo que verdaderamente importa de los procesos y formas sociales que constituyen el cuerpo vivo de las sociedades es la interacción real de los modos de producción y los modos de desarrollo, establecidos y combatidos por los actores sociales de maneras impredecibles dentro de la estructura restrictiva de la historia pasada y las condiciones actuales de desarrollo tecnológico y económico. Así, el mundo y las sociedades habrían sido muy diferentes si Gorbachov hubiera logrado su propia perestroika, una meta política difícil, pero no fuera de su alcance. 0 si el Pacífico asiático no hubiera sido capaz de mezclar la forma tradicional de interconexión comercial de su organización económica con las herramientas proporcionadas por la tecnología de la información. No obstante, el factor histórico más decisivo para acelerar, canalizar y moldear el paradigma de la tecnología de la información e inducir sus formas sociales asociadas fue/es el proceso de reestructuración capitalista emprendido desde la década de 1980, así que resulta adecuado caracterizar al nuevo sistema tecnoeconómico de capitalismo informacional.
El modelo keynesiano de crecimiento capitalista que originó una prosperidad económica y una estabilidad social sin precedentes para la mayoría de las economías de mercado durante casi tres décadas desde la Segunda Guerra Mundial, alcanzó el techo de sus limitaciones inherentes a comienzos de la década de 1970 y sus crisis se manifestaron en forma de una inflación galopante. Cuando los aumentos del precio del petróleo de 1974 y 1979 amenazaron con situar la inflación en una espiral ascendente incontrolada, los gobiernos y las empresas iniciaron una reestructuración en un proceso pragmático de tanteo que aún se está gestando a mediados de la década de 1990, poniendo un esfuerzo más decisivo en la desregulación, la privatización y el desmantelamiento del contrato social entre el capital y la mano de obra, en el que se basaba la estabilidad del modelo de crecimiento previo. En resumen, una serie de reformas, tanto en las instituciones como en la gestión de las empresas, encaminadas a conseguir cuatro metas principales: profundizar en la lógica capitalista de búsqueda de beneficios en las relaciones capital-trabajo; intensificar la productividad del trabajo y el capital; globalizar la producción, circulación y mercados, aprovechando la oportunidad de condiciones más ventajosas para obtener beneficios en todas partes; y conseguir el apoyo estatal para el aumento de la productividad y competitividad de las economías nacionales, a menudo en detrimento de la protección social y el interés público. La innovación tecnológica y el cambio organizativo, centrados en la flexibilidad y la adaptabilidad, fueron absolutamente cruciales para determinar la velocidad y la eficacia de la reestructuración. Cabe sostener que, sin la nueva tecnología de la información, el capitalismo global hubiera sido una realidad mucho más limitada, la gestión flexible se habría reducido a recortes de mano de obra y la nueva ronda de gastos en bienes de capital y nuevos productos para el consumidor no habría sido suficiente para compensar la reducción del gasto público. Así pues, el informacionalismo está ligado a la expansión y el rejuvenecimiento del capitalismo, al igual que el industrialismo estuvo vinculado a su constitución como modo de producción. Sin duda, el proceso de reestructuración tuvo diferentes manifestaciones según las zonas y sociedades del mundo, como investigaremos brevemente en el capítulo 2: fue desviado de su lógica fundamental por el «keynesianismo militar» del gobierno de Reagan, creando en realidad aún más dificultades a la economía estadounidense al final de la euforia estimulada de forma artificial; se vio algo limitado en Europa occidental debido a la resistencia de la sociedad al desmantelamiento del Estado de bienestar y a la flexibilidad unilateral del mercado laboral, con el resultado del aumento del desempleo en la Unión Europea; fue absorbido en Japón sin cambios llamativos, haciendo hincapié en la productividad y la competitividad basadas en la tecnología y la colaboración, y no en el incremento de la explotación, hasta que las presiones internacionales le obligaron a llevar al exterior la producción y ampliar el papel del mercado laboral secundario desprotegido; y sumergió en una importante recesión, en la década de los ochenta, a las economías de África (excepto a Sudáfrica y Botswana) y de América Latina (con la excepción de Chile y Colombia), cuando la política del Fondo Monetario Internacional recortó el suministro de dinero y redujo salarios e importaciones para homogeneizar las condiciones de la acumulación del capitalismo global en todo el mundo. La reestructuración se llevó a cabo en virtud de la derrota política de los sindicatos de trabajadores en los principales países capitalistas y de la aceptación de una disciplina económica común para los países comprendidos en la OCDE. Tal disciplina, aunque hecha respetar cuando era necesario por el Bundesbank, el Banco de la Reserva Federal estadounidense y el Fondo Monetario Internacional, se inscribía de hecho en la integración de los mercados financieros globales, que tuvo lugar a comienzos de la década de los ochenta utilizando las nuevas tecnologías de la información. En las condiciones de una integración financiera global, las políticas monetarias nacionales autónomas se volvieron literalmente inviables y, de este modo, se igualaron los parámetros económicos básicos de los procesos de reestructuración por todo el planeta.
Aunque la reestructuración del capitalismo y la difusión del informacionalismo fueron procesos inseparables, a escala global, las sociedades actuaron/reaccionaron de forma diferente ante ellos, según la especificidad de su historia, cultura e instituciones. Así pues, sería hasta cierto punto impropio referirse a una Sociedad Informacional, que implicaría la homogeneidad de formas sociales en todas partes bajo el nuevo sistema. Ésta es obviamente una proposición insostenible, tanto desde un punto de vista empírico como teórico. No obstante, podríamos hablar de una Sociedad Informacional en el mismo sentido que los sociólogos se han venido refiriendo a la existencia de una Sociedad Industrial, caracterizada por rasgos fundamentales comunes de sus sistemas sociotécnicos, por ejemplo, en la formulación de Raymond Aron. Pero con dos precisiones importantes: por una parte, las sociedades informacionales, en su existencia actual, son capitalistas (a diferencia de las sociedades industriales, muchas de las cuales eran estatistas); por otra parte, debemos destacar su diversidad cultural e institucional. Así, la singularidad japonesa, o la diferencia española, no van a desaparecer en un proceso de indiferenciación cultural, marchando de nuevo hacia la modernización universal, esta vez medida por porcentajes de difusión informática. Tampoco se van a fundir China o Brasil en el crisol global del capitalismo informacional por continuar su camino de desarrollo actual de alta velocidad. Pero Japón, España, China, Brasil, así como los Estados Unidos, son, y lo serán mas en el futuro, sociedades informacionales, en el sentido de que los procesos centrales de generación del conocimiento, la productividad económica, el poder político/militar y los medios de comunicación ya han sido profundamente transformados por el paradigma informacional y están enlazados con redes globales de salud, poder y símbolos que funcionan según esa lógica. De este modo, todas las sociedades están afectadas por el capitalismo y el informacionalismo, y muchas de ellas (sin duda todas las principales) ya son informacionales, aunque de tipos diferentes, en escenarios distintos y con expresiones culturales/institucionales específicas. Una teoría sobre la sociedad informacional, como algo diferente de una economía global/informacional, siempre tendrá que estar atenta tanto a la especificidad histórica/cultural como a las similitudes estructurales relacionadas con un paradigma tecnoeconómico en buena medida compartido. En cuanto al contenido real de esta estructura social común que podría considerarse la esencia de la nueva sociedad informacional, me temo que soy incapaz de resumirlo en un párrafo: en efecto, la estructura y los procesos que caracterizan a las sociedades informacionales son el tema de que trata este libro.

EL YO EN LA SOCIEDAD INFORMACIONAL
Las nuevas tecnologías de la información están integrando al mundo en redes globales de instrumentalidad. La comunicación a través del ordenador engendra un vasto despliegue de comunidades virtuales. No obstante, la tendencia social y política característica de la década de 1990 es la construcción de la acción social y la política en torno a identidades primarias, ya estén adscritas o arraigadas en la historia y la geografía o sean de reciente construcción en una búsqueda de significado y espiritualidad. Los primeros pasos históricos de las sociedades informacionales parecen caracterizarse por la preeminencia de la identidad como principio organizativo. Entiendo por identidad el proceso mediante el cual un actor social se reconoce a sí mismo y construye el significado en virtud sobre todo de un atributo o conjunto de atributos culturales determinados, con la exclusión de una referencia más amplia a otras estructuras sociales. La afirmación de la identidad no significa necesariamente incapacidad para relacionarse con otras identidades (por ejemplo, las mujeres siguen relacionándose con los hombres) o abarcar toda la sociedad en esa identidad (por ejemplo, el fundamentalismo religioso aspira a convertir a todo el mundo). Pero las relaciones sociales se definen frente a los otros en virtud de aquellos atributos culturales que especifican la identidad. Por ejemplo, Yoshino, en su estudio sobre la nihonjiron (ideas de la singularidad japonesa), define significativamente el nacionalismo cultural como el objetivo de regenerar la comunidad nacional mediante la creación, la conservación o el fortalecimiento de la identidad cultural de un pueblo cuando se cree que va faltando o está amenazada. El nacionalismo cultural considera a la nación el producto de su historia y cultura únicas y una solidaridad colectiva dotada de atributos únicos.
Calhoun, si bien rechaza la novedad histórica del fenómeno, resalta asimismo el papel decisivo de la identidad para la definición de la política en la sociedad estadounidense contemporánea, sobre todo en el movimiento de las mujeres, en el gay y en el de los derechos civiles de los Estados Unidos, movimientos todos que «no sólo buscan diversas metas instrumentales, sino la afirmación de identidades excluidas como públicamente buenas y políticamente sobresalientes». Alain Touraine va más lejos al sostener que, «en una sociedad postindustrial, en la que los servicios culturales han reemplazado los bienes materiales en el núcleo de la producción, la defensa del sujeto, en su personalidad y su cultura, contra la lógica de los aparatos y los mercados, es la que reemplaza la idea de la lucha de clases». Luego el tema clave, como afirman Calderón y Laserna, en un mundo caracterizado por la globalización y fragmentación simultáneas, consiste en «cómo combinar las nuevas tecnologías y la memoria colectiva, la ciencia universal y las culturas comunitarias, la pasión y la razón». Cómo, en efecto. Y por qué observamos la tendencia opuesta en todo el mundo, a saber, la distancia creciente entre globalización e identidad, entre la red y el yo.
Raymond Barglow, en su ensayo sobre este tema, desde una perspectiva sociopsicoanalítica, señala la paradoja de que aunque los sistemas de información y la interconexión aumentan los poderes humanos de organización e integración, de forma simultánea subvierten el tradicional concepto occidental de sujeto separado e independiente.
El paso histórico de las tecnologías mecánicas a las de la información ayuda a subvertir las nociones de soberanía y autosuficiencia que han proporcionado un anclaje ideológico a la identidad individual desde que los filósofos griegos elaboraron el concepto hace más de dos milenios. En pocas palabras, la tecnología está ayudando a desmantelar la misma visión del mundo que en el pasado alentó.
Después prosigue presentando una fascinante comparación entre los sueños clásicos recogidos en los escritos de Freud y los de sus propios pacientes en el entorno de alta tecnología de San Francisco en la década de los noventa: «La imagen de una cabeza... y detrás de ella hay suspendido un teclado de ordenador... ¡Yo soy esa cabeza programada!». Este sentimiento de soledad absoluta es nuevo si se compara con la clásica representación freudiana: «los que sueñan [...] expresan un sentimiento de soledad experimentada como existencial e ineludible, incorporada a la estructura del mundo [... ] Totalmente aislado, el yo parece irrecuperablemente perdido para sí mismo». De ahí, la búsqueda de una nueva capacidad de conectar en torno a una identidad compartida, reconstruida.
A pesar de su perspicacia, esta hipótesis sólo puede ser parte de la explicación. Por un lado, implicaría una crisis del yo limitada a la concepción individualista occidental, sacudida por una capacidad de conexión incontrolable. No obstante, la búsqueda de una nueva identidad y una nueva espiritualidad también está en marcha en el Oriente, pese al sentimiento de identidad colectiva más fuerte y la subordinación tradicional y cultural del individuo a la familia. La resonancia de Aum Shinrikyo en Japón en 1995-1996, sobre todo entre las generaciones jóvenes con educación superior, puede considerarse un síntoma de la crisis que padecen los modelos de identidad establecidos, emparejado con la desesperada necesidad de construir un nuevo yo colectivo, mezclando de forma significativa espiritualidad, tecnología avanzada (química, biología, láser), conexiones empresariales globales y la cultura de la fatalidad milenarista.
Por otro lado, también deben hallarse los elementos de un marco interpretativo más amplio que explique el poder ascendente de la identidad en relación con los macroprocesos de cambio institucional, ligados en buena medida con el surgimiento de un nuevo sistema global. Así, como Alain Touraine y Michel Wieviorka han sugerido, cabe relacionar las corrientes extendidas de racismo y xenofobia en Europa occidental con una crisis de identidad por convertirse en una abstracción (europeas), al mismo tiempo que las sociedades europeas, mientras veían difuminarse su identidad nacional, descubrieron dentro de ellas mismas la existencia duradera de minorías étnicas (hecho demográfico al menos desde la década de 1960). O, también, en Rusia y la ex Unión Soviética, el fuerte desarrollo del nacionalismo en el periodo postcomunista puede relacionarse, como sostendré más adelante (volumen III), con el vacío cultural creado por setenta años de imposición de una identidad ideológica excluyente, emparejado con el regreso a la identidad histórica primaria (rusa, georgiana) como la única fuente de significado tras el desmoronamiento del históricamente frágil sovetskii narod (pueblo soviético).
El surgimiento del fundamentalismo religioso parece asimismo estar ligado tanto a una tendencia global como a una crisis institucional. Sabemos por la historia que siempre hay en reserva ideas y creencias de todas clases esperando germinar en las circunstancias adecuadas. Resulta significativo que el fundamentalismo, ya sea islámico o cristiano, se haya extendido, y lo seguirá haciendo, por todo el mundo en el momento histórico en que las redes globales de riqueza y poder enlazan puntos nodales e individuos valiosos por todo el planeta, mientras que desconectan y excluyen grandes segmentos de sociedades y regiones, e incluso países enteros. ¿Por qué Argelia, una de las sociedades musulmanas más modernizadas, se volvió de repente hacia sus salvadores fundamentalistas, que se convirtieron en terroristas (al igual que sus predecesores anticolonialistas) cuando se les negó la victoria electoral en las elecciones democráticas? ¿Por qué las enseñanzas tradicionalistas de Juan Pablo II encuentran un eco indiscutible entre las masas empobrecidas del Tercer Mundo, de modo que el Vaticano puede permitirse prescindir de las protestas de una minoría de feministas de unos cuantos países avanzados, donde precisamente el progreso de los derechos sobre la reproducción contribuyen a menguar las almas por salvar? Parece existir una lógica de excluir a los exclusores, de redefinir los criterios de valor y significado en un mundo donde disminuye el espacio para los analfabetos informáticos, para los grupos que no consumen y para los territorios infracomunicados. Cuando la Red desconecta al Yo, el Yo, individual o colectivo, construye su significado sin la referencia instrumental global: el proceso de desconexión se vuelve recíproco, tras la negación por parte de los excluidos de la lógica unilateral del dominio estructural y la exclusión social.
Éste es el terreno que debe explorarse, no sólo enunciarse. Las pocas ideas adelantadas aquí sobre la manifestación paradójica del yo en la sociedad informacional sólo pretenden trazar la trayectoria de mi investigación para información de los lectores, no sacar conclusiones de antemano.

UNAS PALABRAS SOBRE EL MÉTODO
Éste no es un libro sobre libros. Aunque se basa en datos de diversos tipos y en análisis y relatos de múltiples fuentes, no pretende exponer las teorías existentes sobre el postindustrialismo o la sociedad informacional. Se dispone de varias presentaciones completas y equilibradas de estas teorías, así como de diversas críticas 46, incluida la mía 47. De forma similar, no contribuiré, excepto cuando sea necesario en virtud del argumento, a la industria creada en la década de los ochenta en torno a la teoría postmoderna 48, satisfecho por mi parte como estoy con la excelente crítica elaborada por David Harvey sobre las bases sociales e ideológicas de la «posmodernidad», así como con la disección sociológica de las teorías posmodernas realizada por Scott Lash. Sin duda debo muchos pensamientos a muchos autores y en particular a los antepasados del informacionalismo, Alain Touraine y Daniel Bell, así como al único teórico marxista que intuyó los nuevos e importantes temas justo antes de su muerte en 1979, Nicos Poulantzas. Y reconozco debidamente los conceptos que tomo de otros cuando llega el caso de utilizarlos como herramientas en mis análisis específicos. No obstante, he intentado construir un discurso lo más autónomo y menos redundante posible, integrando materiales y observaciones de varias fuentes, sin someter al lector a la penosa visita de la jungla bibliográfica donde he vivido (afortunadamente, entre otras actividades) durante los pasados doce años.
En una vena similar, pese a utilizar una cantidad considerable de fuentes estadísticas y estudios empíricos, he intentado minimizar el procesamiento de datos para simplificar un libro ya excesivamente pesado. Por consiguiente, tiendo a utilizar fuentes de datos que encuentran un amplio y resignado consenso entre los científicos sociales (por ejemplo, OCDE, Naciones Unidas, Banco Mundial y estadísticas oficiales de los gobiernos, monografías de investigación autorizadas, fuentes académicas o empresariales generalmente fiables), excepto cuando tales fuentes parecen ser erróneas (por ejemplo, las estadísticas soviéticas sobre el PNB o el informe del Banco Mundial sobre las políticas de ajuste en África). Soy consciente de las limitaciones de prestar credibilidad a una información que puede no siempre ser precisa, pero el lector se dará cuenta de que se toman numerosas precauciones en este texto, así que por lo general se llega a conclusiones sopesando las tendencias convergentes de varias fuentes, según una metodología de triangulación que cuenta con una prestigiosa tradición de éxito entre los historiadores, policías y periodistas de investigación. Además, los datos, observaciones y referencias presentados en este libro no pretenden realmente demostrar hipótesis, sino sugerirlas, mientras se constriñen las ideas en un corpus de observación, seleccionado, he de admitirlo, teniendo en mente las preguntas de mi investigación, pero de ningún modo organizado en torno a respuestas preconcebidas. La metodología seguida en este libro, cuyas implicaciones específicas se expondrán en cada capítulo, está al servicio del propósito de este empeño intelectual: proponer algunos elementos de una teoría transcultural y exploratoria sobre la economía y la sociedad en la era de la información, que hace referencia específica al surgimiento de una nueva estructura social. El amplio alcance de mi análisis lo requiere la misma amplitud de su objeto (el informacionalismo) en todos los dominios sociales y las expresiones culturales. Pero de ningún modo pretendo tratar la gama completa de temas y asuntos de las sociedades contemporáneas, ya que escribir enciclopedias no es mi oficio.
El libro se divide en tres partes que la editorial ha transformado sabiamente en tres volúmenes. Aunque están interrelacionados analíticamente, se han organizado para hacer su lectura independiente. La única excepción a esta regla es la conclusión general, que aparece en el volumen III pero que corresponde a todo el libro y presenta una interpretación sintética de sus datos e ideas.

La división en tres volúmenes, aunque hace al libro publicable y legible, suscita algunos problemas para comunicar mi teoría general. En efecto, algunos temas esenciales que trascienden a todos los tratados en este libro se presentan en el segundo volumen. Tal es el caso en particular del análisis de la condición de la mujer y el patriarcado y de las relaciones de poder y el Estado. Advierto al lector de que no comparto la opinión tradicional de una sociedad edificada por niveles superpuestos, cuyo sótano son la tecnología y la economía, el entresuelo es el poder, y la cultura, el ático. No obstante, en aras de la claridad, me veo forzado a una presentación sistemática y algo lineal de temas que, aunque están relacionados entre sí, no pueden integrar plenamente todos los elementos hasta que se hayan expuesto con cierta profundidad a lo largo del viaje intelectual al que se invita al lector en este libro. El primer volumen, que tiene en las manos, trata sobre todo de la lógica de lo que denomino la red, mientras que el segundo (El poder de la identidad) analiza la formación del yo y la interacción de la red y el yo en la crisis de dos instituciones centrales de la sociedad: la familia patriarcal y el Estado nacional. El tercer volumen (Fin de milenio) intenta una interpretación de las transformaciones históricas actuales, como resultado de la dinámica de los procesos estudiados en los dos primeros volúmenes. Hasta el tercer volumen no se propondrá una integración general entre teoría y observación que vincule los análisis correspondientes a los distintos ámbitos, aunque cada volumen concluye con un esfuerzo de sintetizar los principales hallazgos e ideas presentados en él. Aunque el volumen III se ocupa de forma más directa de los procesos específicos del cambio histórico en diversos contextos, a lo largo de todo el libro he hecho cuanto he podido por cumplir dos metas: basar el análisis en la observación, sin reducir la teorización al comentario; diversificar culturalmente mis fuentes de observación y de ideas al máximo, utilizando la ayuda de colegas y colaboradores para abarcar las que están en lenguas que desconozco. Este planteamiento proviene de mi convicción de que hemos entrado en un mundo verdaderamente multicultural e interdependiente que sólo puede comprenderse y cambiarse desde una perspectiva plural que articule identidad cultural, interconexión global y política multidimensional.


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